✨Técnicas Asertivas✨

La asertividad es una habilidad que nos permite expresarnos de forma que hagamos valer nuestros derechos teniendo en cuenta también los del resto.

A veces es complicado llegar al equilibrio en el que no seamos ni demasiado agresiv@as a la hora de decir lo que queremos, ni nos conformemos con lo que quien nos rodea espera de nosotr@s.

Pero, como todo en la vida, puede aprenderse y la psicología nos ofrece algunas herramientas para que nos sea más fácil.

Punto 1 de las Técnicas Asertivas

Tenemos derecho a decir que NO. A no hacer lo que se nos pide, a no ir donde no queremos, a no invertir nuestro tiempo en aquello que no nos apetece. Nos han educado para ser complacientes, por eso es difícil no intentar agradar a todo el mundo, pero llega un momento que tenemos que elegir… O el resto, o tú.

Técnica Sandwich

Esta técnica asertiva es muy útil para afrontar conversaciones complicadas, en las que no queremos herir bajo ningún concepto a la otra persona.

Es muy utilizada, por ejemplo, en entornos laborales. Al comentar también las cualidades, no hacemos hincapié únicamente en lo negativo, por lo que quien nos escucha tendrá una actitud más positiva para afrontar la crítica o el no.

Técnica del Banco de Niebla

El banco de niebla consiste en dar la razón a la otra persona en algunos aspectos pero dejando claro que nuestra decisión es firme y que será tomada sólo atendiendo a nuestras necesidades. Puede parecer fácil, pero no consiste en decir que sí y después hacer lo que queramos (este estilo sería pasivo-agresivo) sino en abrir la posibilidad de que quien nos habla pueda estar en lo cierto aunque no vayamos a hacer lo que nos demanda.

Técnica de Disco Rayado

La técnica asertiva de Disco Rayado, como su propio nombre indica, es la de expresar una y otra vez nuestro deseo/ decisión ante la insistencia de la otra persona. Es muy importante que seamos capaces de no ir aumentando el tono, por ejemplo. La cuestión es mantener la posición inicial repitiendo lo que dijimos al principio.

Estas son sólo algunas herramientas que puedes comenzar a usar hoy mismo. La asertividad es una oportunidad para tener claros nuestros derechos y saber expresarlos con eficacia.

Y ya sabes, si crees que necesitas ayuda para incorporarlas a tu vida ¡ponte en contacto con nuestro equipo!

Estaremos encantad@s de atenderte

✨Miedo al Parto✨

Parir, dar a luz, es el momento en el que vamos a encontrarnos con nuestro bebé. Es un momento importante en nuestra vida sexual, en nuestra vida emocional, en la vida de nuestro bebé.

En el parto la gran aliada es la oxitocina. Esa misma que aparece cuando nos enamoramos. La misma que aparece en las relaciones sexuales. La llamada hormona del amor. 

Esta hormona es la que favorece la dilatación y por tanto todo el proceso de dar a luz.

Cuando sentimos miedo, aparecen hormonas como el cortisol, la llamada hormona del estrés. Esta hormona aumenta la percepción de dolor y dificulta la dilatación ya que es la “enemiga” de la oxitocina.

Por lo tanto, desde un primer momento es importante entender cómo el miedo puede repercutir en el proceso y la vivencia del parto. 

A medida que se acerca el momento del parto, el miedo va haciendo acto de presencia. Y es natural, cierto nivel de miedo nos mantiene alerta. No olvides que todas las emociones son útiles.

Sobre todo al final del embarazo aparece la incertidumbre de cómo saldrá todo, si sabré identificar las señales de parto, si sabré si los síntomas son propios del proceso o puede estar ocurriendo algo más, cómo nacerá el bebé, si estará sano … 

Además en la aparición del miedo juega un papel muy importante el lenguaje y la narrativa que hemos ido dando al proceso de parto. Si el parto es un proceso fisiológico, natural, que lleva dándose desde que existen los mamíferos, ¿por qué da tanto miedo?

Según la RAE Parir es: “Dicho de una hembra de cualquier especie vivípara: expeler en tiempo oportuno el feto que tenía concebido”.

Según InaMayGaskin, matrona que ha reivindicado en su carrera el parto humanizado, el parto es una “mezcla de connotaciones biológicas, espirituales y sexuales”.

Sin lugar a dudas, hay una enorme diferencia entre estas dos conceptualizaciones del parto y el vocabulario empleado en ellas. A mí desde luego la palabra “expeler” no me conecta para nada con un acto espiritual y sexual, vivido desde el amor.

La capacidad de lenguaje es algo maravilloso del ser humano que nos permite hacer aprendizajes a través de él, sin necesidad de experimentar de primera mano. Esto puede ser muy útil para la supervivencia de la especie. Por ejemplo, sé que el fuego quema sin necesidad de quemarme. 

Sin embargo, en otras ocasiones, esas relaciones que establecemos a través del lenguaje no nos ayudan tanto. Y en este caso, no ocurre solo por las historias de terror que nos cuentan acerca del parto, si no por el vocabulario utilizado al referirnos a él.

Por qué se produce el miedo al parto:

  • Puede aparecer en el primer embarazo, sin haber tenido experiencia previa. 
  • Por falta de información: Se produce el miedo a lo desconocido

Como vimos al principio del artículo, hay muchas incertidumbres cuando vas a vivir esta experiencia por primera vez, y a los seres humanos nos encanta la sensación de control.

  • Por el uso del lenguaje cuando nos referimos a él. 

Estando embarazada viene la vecina del quinto a preguntarme de cuánto estoy y aprovecha ese momento, ¿por qué no? , para contarme su tormentosa experiencia de parto. Dando todo tipo de detalles escabrosos.

¿Os ha pasado? Recuerda: su experiencia no tiene por qué ser la tuya. Y sobre todo, su VIVENCIA no va a ser la tuya.

Pero no ya la vecina del quinto. Nuestra madre, tía y/o abuela, nos cuentan su experiencia. Indagamos en nuestro propio nacimiento. Y ¡sorpresa! Nos encontramos con experiencias negativas en nuestra propia familia. Nosotras mismas pasamos por esa experiencia al nacer. Y se establece una relación con cómo parió mi madre, mi tía, mi abuela, y cómo lo haré yo. “Somos de cadera estrecha”, “en nuestra familia no dilatamos”… Historias de terror que en muchas ocasiones se ven condicionadas por la falta de información de la que hablábamos antes. Tanto del que la cuenta como del que la recibe. Y que además son historias que quizá llevamos oyendo desde que somos niñas y las hemos hecho nuestras.

Estas historias también pueden generarnos desconfianza en el personal sanitario, no sea que me hagan lo mismo que le hicieron a tal amiga. Y esa desconfianza nos va a poner alerta, tensas, a la expectativa.  Aquí vienen el cortisol y la adrenalina a hacer de las suyas y a dificultarnos el proceso.

Y ¿qué pasa con cuando nos dicen “que sea una horita corta”?. Si me desean que pase rápido, puedo inferir que esa situación no debe ser agradable.

Seguro que también nos han contado historias positivas, pero para el cerebro tiene     más impacto lo relacionado con el miedo y se guarda esa información para prevenirnos de un posible peligro. Gracias cerebro por protegerme, pero quizás estaría bien  bajar la guardia.

  • Vivencia del parto como negativa. Cuando hemos tenido una experiencia previa de parto en la que hemos pasado miedo, incluso nos ha resultado traumática se genera esa asociación parto= miedo. 

Recuerda, la historia no tiene por qué repetirse. Esa vivencia pasó. Esta es otra nueva.

Todo esto ocurre igual en la pareja, que como acompañante y espectador/a puede sentirse invadido/a por el miedo y además sentir que su miedo no es tan importante porque no es protagonista del proceso. Esto puede hacer que le sea más difícil compartir y hablar acerca de cómo se está sintiendo o poder expresar que como espectador/a de un parto traumático también se ha visto afectado/a. 

Qué puedo hacer:

  • Buscar relatos de parto con experiencias positivas. 
  • Informarte respecto a los protocolos del hospital donde vas a parir.
  • Informarte respecto a cómo es el proceso del parto. Aprovecha las visitas a la matrona para preguntarle todo lo que necesites saber, exponer todas tus dudas y que te dé información sobre el hospital. Ahora con el COVID y la ausencia de clases preparto, no queda otra que aprovechar esas visitas. Te recomiendo además leer “Parir” de IboneOlza y “Parir sin Miedo” de Consuelo Ruiz.
  • Revisar tus miedos, ponerle palabras y refutarlos o ponerles remedio: ¿de dónde me viene este miedo?, ¿es un miedo real o es algo que me da mi mente?, ¿qué está en mi mano para sobrellevarlo?
  • Compartir tus miedos e incertidumbres: hablar con otras mamás embarazadas, con personas de tu círculo cercano que sean de sostén, con tu pareja y familia… Hablar y expresar tus miedos ayuda a superarlo.
  • Puedes hacer sesiones de Método Naces, también conocido como hipnoparto. En ellas podrás hacer visualizaciones que te guiarán a lo largo del proceso de parto asociándolo a una experiencia vivida desde el amor y el reencuentro. Además también se puede trabajar la confianza en el cuerpo, en el personal sanitario, el vínculo madre-bebé… y a desvincular dolor de sufrimiento.¡OJO! No se trata de convencerte de que tu parto va a ir tal y como tengas planeado. Se trata de prepararte para que la forma en que lo vivas sea desde el amor y la confianza, pase lo que pase.

Y si el miedo se vuelve demasiado intenso…


Si sientes que ese miedo es demasiado intenso y que los pensamientos entorno a esto ocupan gran parte de tu día, busca ayuda. Acude a un especialista de la psicología perinatal que pueda proporcionarte un tratamiento y acompañamiento adecuado.

Estamos aquí para ayudarte a transitar este camino.

✨ La ira ✨

La ira forma parte de las emociones básicas del ser humano y como tal tiene un carácter evolutivo y enfocada a la supervivencia.

Las emociones básicas cumplen una función fundamental tanto a nivel de autoconocimiento como de relación con el entorno. Algunas emociones básicas son la tristeza: (introspectiva-reflexiva), alegría (expansiva-constructiva), ira (explosiva-destructiva). Este carácter explosivo y destructivo hace que esta emoción tenga que ser regulada por la persona ya que podría acarrear consecuencias negativas tanto para sí misma como para los demás. A su vez, es de alta intensidad pero de corta duración en el tiempo. Por lo tanto, si somos capaces de canalizarla apropiadamente desaparecerá en poco tiempo.

Función de la ira

Tenemos dos formas de afrontar las situaciones que conllevan ira. Una es adaptativa, que conlleva beneficios y consecuencias funcionales y otra desadaptativa, que se da en la mayoría de los casos y que conlleva consecuencias destructivas para uno mismo y para las relaciones con los demás.

  • Evolutivo/supervivencia: la ira nos aporta la energía extra necesaria ante situaciones en las que nuestra supervivencia entra en juego. Esta energía nos empuja a la agresión cuando detectamos que existe una amenaza real a nuestra integridad. En este caso la ira sería adaptativa en cuanto a que nos puede proteger ante situaciones de agresión y violencia
  • Desadaptativa: la ira se utiliza como una forma de catarsis o liberar la frustración, como una forma de reacción a la ansiedad o al estrés o cómo una forma de manipular a los demás por miedo a nuestra reacción ( imponer autoridad, ganarse el respeto).

Componentes de la ira

En la ira se produce una escalada de tensión en la que entran en juego diferentes aspectos psicológicos.

En la mayoría de las situaciones se comienza por una ruptura en las expectativas o un bloqueo en la consecución de los objetivos o una conflicto en la satisfacción de una necesidad. Esto conlleva una reacción de frustración en la persona que va a desencadenar una serie de pensamientos relacionados o interpretaciones que podrían ser los detonantes del inicio de la ira.

Situación——ruptura expectativas——-frustración —— interpretación—-ira.

El principal detonante de la ira es la interpretación de que la otra persona con su comportamiento nos ha provocado la emoción y, es más, incluso lo ha hecho intencionadamente. Esta focalización en la persona hace que inmediatamente se active el circuito cerebral de la agresión y nos arrastre a la violencia.

Recomendaciones

Identificar: 

  • Para empezar a cambiarla debemos identificar cuáles son las situaciones desencadenantes. Pueden ser personas( pareja, hijos, compañeros de trabajo), lugares( casa, oficina, transportes públicos), situaciones cotidianas ( discusión de pareja, agravio personal, conflictos laborales o comportamiento de hijos).

Pensamientos activadores: 

  • Estos pensamientos pueden venir de una interpretación de injusticia, temeridad de los demás, comparaciones y vienen determinados por un sesgo cognitivo( siempre me hace lo mismo, nunca ocurre esto, la culpa es del otro, no lo soporto).

Reacciones corporales: 

  • Sudoración, aumento de la tasa cardiaca y de la respiración, fruncir ceño, apretar los puños, agitar los brazos). Arrojar cosas, romper mobiliario, dar portazos…)

Asumir la responsabilidad: 

  • Como ya vimos anteriormente el principal desencadenante es interpretar que el otro, con su comportamiento ha tenido la intención de provocarnos ese estado. Por lo tanto, poner el foco en nosotros mismos y hacernos responsable de la emoción rompería la escalada de tensión que nos lleva a la ira. Es decir, esto que siento, es por cómo he interpretado mi frustración o enfado. Me hago cargo y no proyecto en los demás mi estado emocional.

Plano corporal:

  •  Realizar respiraciones profundas y abdominales y expirar por la boca.

Manejo de pensamientos: 

  • Desfusión de los pensamientos, es decir, separarme de ellos. Hacerse consciente que esto que yo estoy pensando es consecuencia de una emoción intensa que no tiene porque ser absoluta ni es una interpretación correcta de la realidad. Me separo de ellos, los identifico como desadaptativos y poco funcionales y los dejo ir sin actuar según me dicen. 

Identificar factores que me hacen más susceptible:

  •  Estado de ánimo, tensión, no poner límites a tiempo o estrés prolongado.

Tiempo fuera:

  • A veces lo más práctico es alejarnos de la situación y no dejarnos llevar por el impulso agresivo que conlleva la ira. Salir a dar un paseo o irnos de la habitación podría sernos de ayuda siempre y cuando no aprovechemos este tiempo para repasar obsesivamente la situación y cargarnos de razones para justificar nuestro enfado. 

Técnicas distractoras:

  • Estas técnicas podrían complementar el tiempo fuera. Consiste en poner nuestra atención en otros aspectos externos y poner la atención en estímulos externos a nosotros

Técnica del semáforo: 

  • Esta técnica nos da una referencia de cuando tenemos que actuar y cuando no, en situaciones de tensión o conflicto. Por ejemplo. Luz verde. Estoy discutiendo pero no focalizo ni estoy enfadado. Luz Ámbar: estoy frustrado, tenso y focalizo en el otro o lo hago culpable. Luz roja: es el momento de no actuar, todo lo que haga en este estado va a ser destructivo y tendrá consecuencias personales y en los demás. 

A su vez tenemos que ser conscientes que actuar bajo los impulsos de la ira podría conllevar malestar o arrepentimiento. Al ser una emoción primaria, explosiva y destructiva, no debemos tomar decisiones bajo su influencia ya que podrían conllevar consecuencias de las que podríamos arrepentirnos. También tenemos que tener especial cuidado con el móvil, redes sociales, o de tomar decisiones drásticas en este estado. Opinar o discutir en estas situaciones en las que podemos perder el control siempre va a ser contraproducente en el futuro y, a veces, descargar sobre los demás nuestra ira o provocar cambios en nuestra vida que podrían ser irreversibles. Lo mejor en estos casos es no hacer nada, aplicar las técnicas de canalización de la ira y esperar que pase.  

Si en algún momento has experimentado esta emoción y se hace incontrolable o percibes que estás haciendo mucho daño a las personas cercanas, que sufres las consecuencias emocionales de reaccionar bajo su influencia y que se te escapa de las manos, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Estaremos encantados de poder ayudarte.

Francisco García Moreno. Psicólogo especialista en psicoterapia 

✨Cómo dejar (bien) a tu pareja✨

Terminar una relación nunca es fácil. Se habla mucho de la persona “dejada” pero también es complicado para quien toma la decisión.

El sentimiento de culpa, el amor que aún existe (aunque no sea romántico), la necesidad de no hacer sufrir… Son muchas emociones que en ocasiones no sabemos gestionar.

Con este post queremos ofrecer algunas herramientas para afrontar este momento lo mejor posible, entendiendo que no hay varitas mágicas pero que la forma en la que lo hagamos podrá minimizar el impacto para la otra persona.

¿Vamos a ello?

Antes…

Piénsalo bien. Muy bien.

Es aconsejable no terminar una relación en un momento de enfado, en mitad de una pelea. Por muchos motivos, pero sobre todo porque es algo tan importante que debe haber sido muy pensado.

La decisión tiene que ser tomada en varias situaciones, con diferentes estados emocionales, para que ésta sea firme. Si lo hacemos de manera impulsiva, es probable que nos arrepintamos y terminemos en una relación intermitente que no suele beneficiar a nadie.

Escribe tu discurso

Esta técnica es muy útil sobre todo si sabes que la otra persona puede insistir mucho para no terminar  o hacerte cierto chantaje emocional.

Al escribir somos conscientes de las razones por las que tomamos esa decisión y nos da argumentos para no caer en la pena o en el miedo.

Busca un lugar y una situación adecuada

Usa la lógica para escoger un momento que no haga más difícil la ruptura. Intenta que sea privado, que no sea humillante o antes de un examen importante, por poner un ejemplo.

Siempre y cuando sea posible, claro.

Durante…

Mejor con Asertividad

Para quien no quiere dejar la relación, nunca existirá una forma buena de hacérselo saber. Aún así, nuestra responsabilidad afectiva nos “obliga” a hacerlo de la mejor forma que sepamos.

Hablar desde un sentimiento propio, sin culpabilizar y explicar las consecuencias que tiene cómo te sientes, suele ser una buena manera. 

Derecho a réplica

Aunque no nos guste ver llorar a alguien, o la respuesta que puedan darnos, tenemos que prepararnos para lo que la otra persona tenga que decirnos.

Del mismo modo que tenemos derecho a expresar nuestras necesidades, quien nos rodea tiene derecho a hacerlo también.

Por supuesto no tenemos por qué consentir faltas de respeto o chantajes que peligren nuestra decisión, claro está.

Banco de Niebla, Disco Rayado

Estas técnicas funcionan muy bien para mantener nuestro discurso y no generar una escalada de reproches.

El banco de niebla consiste en reconocer los argumentos de la otra persona pero sin cambiar nuestra posición inicial. 

El disco rayado es únicamente repetir de forma asertiva la decisión que ya hemos tomado.

Sería algo así como:

  • Entiendo lo que me dices y que te enfades, pero no estoy bien y prefiero que dejemos de vernos.
  • Puede que tengas razón y que no te haya dado pistas suficientes pero siento que esta relación no funciona para mí.

Después…

Contacto 0

Lo mejor es tener el menor contacto posible. No siempre se puede, pero si tenemos que mantener algún tipo de relación tras la ruptura (laboral, familiar, social…) que se limite a esta. 

No es muy aconsejable comenzar con el tira y afloja… Y esto también abarca las redes sociales. 

No caigas en chantajes

Si la otra persona no quería bajo ningún concepto que lo vuestro terminase, puede recurrir a diferentes estrategias para que todo vuelva a ser lo que era.

Quien ha tomado la decisión es quien debe mantenerse firme y no acudir a llamadas intempestivas o dejarse manipular por la pena.

Puede sonar muy duro y es muy complicado llevarlo a la práctica, pero es preferible actuar con cierta brusquedad que de alguna manera “dar esperanzas” y mantener a la ex-pareja enganchada.

Si la otra parte está comprometida con la relación, es muy complicado que podamos cortar sin generar ningún daño… Casi cualquier cosa que hagas estará mal (¿o es que alguien alguna vez dijo “me han dejado súper bien”?) Lo importante es que actuemos desde el amor,  intentando empatizar pero sabiendo dónde está nuestro sitio.

Puedes echarle un vistazo a este vídeo en el que profundizamos más en todo este asunto.

Y cuéntanos qué te ha parecido ¡¡estamos deseando leerte!!

✨CRÓNICA DE UN SECUESTRO (EMOCIONAL)✨

Te has sorprendido alguna vez actuando de forma muy impulsiva, sin apenas control de tu conducta, para darte cuenta, poco después, de que tu reacción ha sido exagerada e irracional. ¿A quién no le ha pasado verdad?

Pues te cuento que ese acontecimiento tiene nombre y apellidos (y por supuesto autor, Daniel Goleman). Hoy hablaremos del secuestro emocional.

¿Por qué pegaste a tu hermano pequeño si solo estaba bromeando cuando te quitó el mando? ¿Por qué estallaste en cólera cuando aquel conductor te adelantó de forma imprudente? ¿Por qué no controlaste ese ataque de celos que tanto daño hizo a tu pareja? ¿Por qué gritaste tanto y corriste despavorida si aquello que había en el suelo solo era un trozo de cuerda y no una boa constrictor ? 

Como ves, son muchas las situaciones en las que se puede dar un secuestro emocional y cuando caemos en uno perdemos por completo los papeles. Esto se debe a que la emoción que nos suscita la situación toma el control de nuestra conducta y no nos permite pensar.  Nos limitamos a actuar arrastrados por ella.

Segundos o minutos después de haber explotado, nuestro cerebro racional vuelva a tomar el control de la nave y se pone a evaluar los daños sufridos durante el secuestro. A veces habremos perdido amistades, otras la confianza y complicidad de un ser querido y otras quizá el respeto que nos tenemos a nosotros mismos. Entonces llega el turno de emociones como la vergüenza o la culpa, que tanto nos martirizan. 

Sea cual sea el daño, nos hubiese gustado haber sido capaces de controlar nuestra reacción. Pero, ¿por qué es tan difícil? Porque estamos evolutivamente preparados para que, en caso de identificar una amenaza (real o imaginada), nuestra reacción sea más rápida que efectiva. Este mecanismo tuvo un sentido en el pasado. Imagina a nuestros antepasados cromañones frente a un peligro inminente, como el ataque de un depredador. En esas situaciones la reacción debía ser rápida, cada milésima de segundo resultaba crucial. ¿Atacaba o huía? la velocidad de su decisión marcaba la diferencia entre la vida y la muerte. 

Sin embargo, hoy en día ya no enfrentamos ese tipo de peligros. La mayoría de amenazas que identificamos provienen de nuestras relaciones sociales o de la frustración por no alcanzar algún objetivo personal. Estarás de acuerdo conmigo en que se trata de situaciones en las que un secuestro emocional suele tener más costes que beneficios. 

Esto se debe a que una emoción, cuando más rápida, más inexacta y torpe nos vuelve. Pero OJO, esto no significa que experimentar emociones sea algo malo (una vida sin emociones es como un huevo sin sal), sino que el impulso que implica su aparición puede ser desproporcionado y nos puede llevar a actuar de forma poco útil o adaptativa.

Te dejamos mucha más info en el siguiente vídeo 😉

Si eres una víctima habitual de secuestros emocionales (ataques de ira, de celos, de llanto o de ansiedad) debes empezar a trabajar tu gestión emocional. En futuras entradas de nuestro blog abordaremos en qué consiste la gestión emocional. Por ahora, puedes empezar contándonos cuándo y cómo fue tu último SECUESTRO EMOCIONAL.

✨Creencias sobre la Felicidad✨

Empeñarnos en estar bien, en llegar al ideal de felicidad nos acaba robando el momento porque nos lleva a la frustración constante.

Nuestra vida se rige por una serie de creencias inútiles e inexactas en torno a la felicidad, unas ideas ampliamente aceptadas por la sociedad porque “todo el mundo sabe que son ciertas”

Russ Harrys


Creo recordar que Borges decía algo así como que la felicidad es estar tranquil@. Y tiene razón.

Estar en paz no tiene precio. Siempre digo que la terapia de aceptación y compromiso te ayuda precisamente a eso, estar tranquil@, aquí, a hacer las cosas que realmente quieres hacer, a darte la prioridad que mereces, a aceptar que la incertidumbre es el estado natural de la vida y que la Dramaqueen puede ser tu aliada.

Veamos algunas creencias de mierder sobre la felicidad:

Sólo necesitas prestar atención a tu alrededor para saber que las personas sufren, que tienen problemas, aunque no lo muestren. Y ¡¡por favor!! no te compares con nadie… menos aún con aquello que nos enseñan en sus redes sociales. Cada cual está librando su batalla, igual que tú.

No es obligatorio estar siempre bien. Si estamos atravesando una mala racha, o tenemos un día más complicado, no pasa nada. Todas las emociones son útiles y tenemos que convivir con aquellas que nos gustan y con las que nos incomodan. ¡Ojo! Si el estado de malestar dura demasiado tiempo o es demasiado intenso, ponte en manos de especialistas.

Al igual que no es útil atraparnos con pensamientos negativos, tampoco lo es al contrario. El optimismo ilusorio es aquel en el que se piensa que las cosas ocurrirán para bien de forma mágica… Pero la realidad es que hay que trabajar para que pasen.

Es una falacia pensar que podemos controlarlo todo. Paradójicamente, cuanto más intentamos evitar un pensamiento más aparece.

La felicidad son momentos… Obligarnos a seguir la moda esta extraña que se nos ha impuesto en la que “debemos ser felices siempre” es frustrante y puede traer más problemas que beneficios.

¿Significa que no podemos ser felices?

¡¡Claro que no!! La felicidad es un derecho humano, una búsqueda vital lícita, que hay que trabajar.

Si tienes alguna duda, ¡¡ya sabes cómo ponerte en contacto con el equipo!! Déjanos un comentario con tu opinión. Estamos deseando leerte.

✨¿Te conoces?: El cuestionario de Proust✨

Antes de que existiesen los medios de entretenimientos modernos ¿cómo se divertía la gente?

¿Os lo habéis preguntado alguna vez?

Durante la época Victoriana, las personas de clase alta comenzaron a tener más tiempo libre. Se puso de moda durante las reuniones habituales jugar o hacer actividades. La gallinita ciega, por ejemplo, es uno de los juegos que nacieron durante estos años, y sí, era jugado por adultxs.

Una de las actividades fue el llamado “Cuestionario de Proust”. No porque lo inventase él, sino porque apareció una grabación con sus respuestas.

Durante el siglo XX este cuestionario fue ampliamente utilizado por periodistas para entrevistar a diversas personalidades como David Bowie o el Dalai Lama porque conseguía retratar a un ser humano de forma completa y profunda.

Además de lo interesante que puede resultar para echar un rato con alguien que te apetezca conocer (más) también lo es para hacer un poco de introspección, para saber más de ti… ¿Te atreves?

  1. ¿Cuál es tu idea de felicidad?
  2. ¿Cuál es tu mayor miedo?
  3. ¿Qué rasgo de personalidad es el que más detestas en ti?
  4. ¿Y en el resto de personas?
  5. ¿Qué talento te gustaría tener?
  6. ¿En qué ocasiones sueles mentir?
  7. ¿Qué es lo que más te desagrada de tu apariencia?
  8. ¿Quién es la persona que más desprecias de la Historia?
  9. ¿Cuándo y dónde has sido más feliz?
  10. ¿Tienes alguna muletilla?
  11. ¿Quién es la persona viva que más admiras?
  12. ¿Cuál es tu mayor rareza?
  13. ¿Cuál es tu estado mental actual?
  14. ¿Qué cualidad consideras sobrevalorada?
  15. ¿Qué cambiarías de ti?
  16. ¿Cuál consideras que ha sido tu mayor logro?
  17. ¿Cuál es tu posesión más preciada?
  18. ¿Dónde te gustaría vivir?
  19. ¿En qué o en quién te gustaría reencarnarte?
  20. ¿Qué consideras “tocar fondo”?
  21. ¿Qué cualidad valoras más de tus amigxs?
  22. ¿Qué característica te define mejor?
  23. ¿En que prefieres emplear tu tiempo?
  24. ¿De qué es de lo que más te arrepientes?
  25. ¿Tienes algún héroe de la vida real?
  26. ¿Qué defectos te inspiran más indulgencia?
  27. ¿Cómo preferirías morir?
  28. ¿Cuál es tu recuerdo más valioso?
  29. ¿Qué sabes que no vas a morirte sin hacer?
  30. ¿Cuál es tu lema vital?

¿Qué? ¿Ha sido más fácil o más difícil de lo que esperabas?

Espero tus comentarios 😉

✨Dirección contraria✨

La Dramaqueen es esa voz interna que nos acompaña a todas horas.

Son pensamientos automáticos que consiguen modificar nuestros sentimientos y también nuestras acciones.

Es normal.

Si pensamos que algo puede ser peligroso, que nuestra pareja no nos quiere o que todo va a salir mal y no lo confrontamos con datos objetivos, corremos el riesgo de comportarnos basándonos en estos mensajes.

Pero aunque le hagamos “caso”, aunque actuemos en consonancia a lo que nos dice, no va a quedarse contenta, ni callada. Hasta puede lanzarnos mensajes a priori contradictorios con lo que decía en un primer momento. Su rollo es no dejarnos tranquil@s.

Por eso no tiene sentido escucharla demasiado. Siempre va a pedir más de ti.

¿Hay que actuar en contra de la Dramaqueen?

Es más difícil controlar lo que pensamos y lo que sentimos que lo que hacemos.

La mayoría de las terapias psicológicas buscan que el primer movimiento sea comportamental precisamente por eso.

Cuando queremos romper el círculo (vicioso) que forman los pensamientos negativos, las emociones desadaptativas y las conductas que nos alejan de lo que queremos, tenemos que empezar por algún lado, ya que se retroalimentan.

Buscar aquello que nos importa, saber cuáles son nuestros valores es esencial para que nos concienciemos hacia la acción (aunque al principio sea llena de sentimientos incómodos y de pensamientos invasivos).

Una vez hagamos algo valioso para nuestra vida, será más fácil que las emociones se pongan de nuestro de lado y que la Dramaqueen disminuya el ruido.

Mi mejor amigo

Me gusta contar mis historias de amor con todas las personas a las que quiero, pero especialmente mi historia de amor con Álvaro.
Somos amigos desde hace 6 años y pareja desde hace 1 año y 7 meses.

Nos conocimos a través de los concursos de guitarra (él también es guitarrista clásico). Él es de Córdoba y me descubrió en las redes sociales por un concurso que había ganado yo y me agregó a Facebook y empezamos a hablar por ahí sobre los concursos que íbamos a hacer próximamente etc.
Y resulta que íbamos a coincidir en varios.
Yo le gustaba a él incluso antes de conocerme.
Cuando teníamos 16 años.
Y cuando coincidíamos se le notaba bastante e incluso a él no le importaba hacérmelo saber.
Pero yo no lo veía a él de la misma forma, yo lo veía como un amigo.
Hasta que fue pasando el tiempo, fuimos creciendo y cambiando, cada uno por su lado porque como te digo éramos amigos en la distancia.
Y las últimas veces que coincidíamos yo me daba cuenta de que yo sentía un amor de amigo hacia él como siempre, pero que me despertaba algo más.
Y cuando se lo hice saber hicimos por vernos en Sevilla que es donde él estudiaba hasta hace 1 año.
Y ahí empezó todo.

Un amor muy “humano”

Soy afortunada, tengo varios amores en mi vida (algunos ya no en este plano) pero hoy he decidido contarte la historia de amor con mi perro Humphrey. Quizá porque es el amor más consciente y elegido. Después de perder a mi segundo hijo en el tercer mes de embarazo, entré en una caída libre hacia la depresión y mi pareja sugirió que tal vez deberíamos adoptar un perrito. Yo me ilusioné con la idea la verdad, así que pedimos cita a la perrera y fuimos a elegir a nuestro futuro perrito. Y allí estaba, esperándonos, un cachorro mestizo con ojos humanos 

 Y desde ese día que vino a casa decidí amarle, conscientemente, y ese amor se ha multiplicado más y más. Sin duda me salvó de la depresión mi pequeño H y poco a poco recuperé la alegría. Ahora es el compañero paciente de juegos de mi hijo mayor y de mi tercera hija, que nació poco después del aniversario de la adopción de H.

Estoy segura de que nuestro hijo estrella nos puso a H en nuestro camino.