La dependencia emocional es una forma de relación en la que una persona se siente incapaz de funcionar sin la presencia y el apoyo de otra.
En este tipo de relación, la persona dependiente busca constantemente la aprobación, el afecto y la atención de la otra persona, y tiende a sentirse incompleta o insegura sin su presencia o aprobación.
Las personas con dependencia emocional suelen experimentar ansiedad, miedo al abandono, baja autoestima y dificultad para tomar decisiones independientes. Pueden llegar a descuidar sus propias necesidades y deseos con tal de mantener la relación, y pueden llegar a aceptar comportamientos inadecuados o abusivos por parte de la otra persona.
Causas de la dependencia emocional
La dependencia emocional puede tener múltiples causas, y a menudo es el resultado de una combinación de factores.
Experiencias de abandono en la infancia
Las personas que han experimentado abandono o negligencia emocional en su infancia pueden desarrollar una mayor propensión a la dependencia emocional en sus relaciones adultas. La falta de atención y cuidado durante la infancia puede generar un miedo profundo al abandono y una necesidad desesperada de buscar validación y afecto en los demás.
Baja autoestima
Una baja autoestima puede hacer que una persona dependa de los demás para obtener una sensación de valor y aceptación. Si alguien tiene una percepción negativa de sí mismo y no se siente digno de amor o atención, es más probable que busque constantemente la aprobación de los demás para sentirse completo.
Inseguridad emocional
Las personas inseguras emocionalmente suelen depender de los demás para sentirse seguras y validadas. Pueden tener miedo a enfrentar la vida por sí mismas y confiar en su propia capacidad para tomar decisiones. Buscan constantemente la confirmación y la atención de los demás para mantener su sentido de seguridad.
Patrones de apego poco saludables
Los patrones de apego desarrollados en relaciones tempranas, como las relaciones con los padres o cuidadores, pueden influir en la tendencia hacia la dependencia emocional. Por ejemplo, si alguien ha experimentado relaciones de apego inseguro en el pasado, como falta de disponibilidad emocional o maltrato, es más probable que desarrolle una dependencia emocional en las relaciones futuras.
Miedo a la soledad
El miedo a la soledad puede llevar a una dependencia emocional, donde una persona está dispuesta a tolerar comportamientos inadecuados o abusivos con tal de evitar quedarse sola. El miedo a la falta de compañía puede hacer que una persona se aferre a relaciones insatisfactorias en lugar de enfrentar la posibilidad de estar sola.
¿Cómo afecta la dependencia emocional en la relación?
La dependencia emocional puede tener un impacto psicológico significativo tanto en la persona que depende emocionalmente de otra como en la persona de quien depende.
Veamos algunos de los posibles efectos psicológicos para ambas partes:
Para la persona dependiente
- Baja autoestima: La dependencia emocional a menudo está asociada con una baja autoestima. La persona dependiente puede sentirse insegura, poco valiosa y necesitar constantemente la validación y aprobación de la otra persona para sentirse bien consigo misma.
- Ansiedad y miedo al abandono: La dependencia emocional puede generar una gran ansiedad y miedo a ser abandonado. La persona dependiente puede experimentar constantes preocupaciones sobre perder a la otra persona, lo que puede llevar a comportamientos de control y apego excesivo.
- Pérdida de identidad propia: La persona dependiente puede perder su sentido de identidad y autonomía, ya que tiende a basar su felicidad y sentido de sí misma en la relación con la otra persona. Puede descuidar sus propias necesidades, deseos y metas para satisfacer los de la otra persona.
- Dificultad para tomar decisiones: La dependencia emocional puede llevar a una falta de confianza en la toma de decisiones independientes. La persona dependiente puede buscar constantemente la aprobación y dirección de la otra persona en todas las áreas de su vida.
Para la persona de quien depende
- Sensación de responsabilidad abrumadora: La persona de quien depende puede sentir una gran carga y responsabilidad al ser el principal proveedor de seguridad emocional para la otra persona. Puede sentirse agotada por tener que satisfacer constantemente las necesidades y demandas emocionales de la persona dependiente.
- Pérdida de autonomía: La persona de quien depende puede sentir que su propia autonomía y libertad se ven limitadas por la dependencia emocional de la otra persona. Puede sentirse atrapada en la relación y tener dificultades para establecer límites adecuados.
- Desgaste emocional: El constante requerimiento emocional de la persona dependiente puede llevar a un desgaste emocional en la otra persona. Puede experimentar agotamiento, estrés y frustración al tratar de satisfacer las necesidades emocionales de la persona dependiente.
- Pérdida de intimidad genuina: La dependencia emocional puede interferir con la capacidad de establecer una conexión íntima y auténtica en la relación. La persona de quien depende puede sentir que la relación se basa más en la necesidad y la dependencia que en un amor mutuo y genuino.
Cuando se junta el hambre con las ganas de comer
La dependencia emocional no es una dinámica saludable en una relación por mucho que ambas partes se sientan cómodas.
Es decir, a veces se encuentran dos personas dependientes, por lo que asumen como “normales” actitudes poco saludables.
También puede ocurrir que una persona dependiente encuentre a alguien que necesite esa dependencia para paliar su afán de protagonismo, admiración o narcisismo.
Aquí hay un gran problema pues la persona dependiente puede estar a merced de alguien que no quiere bien aceptando abusos.
Es importante destacar que la dependencia emocional no es una forma sana de amar o relacionarse. Puede tener un impacto negativo en la vida de la persona dependiente, limitando su autonomía y su bienestar emocional. Superar la dependencia emocional generalmente requiere de un trabajo de autoconocimiento, fortalecimiento de la autoestima, establecimiento de límites y aprendizaje de habilidades de relación saludables. En algunos casos, puede ser beneficioso buscar apoyo terapéutico para abordar y superar este patrón de dependencia.