✨Miedo al Parto✨

Parir, dar a luz, es el momento en el que vamos a encontrarnos con nuestro bebé. Es un momento importante en nuestra vida sexual, en nuestra vida emocional, en la vida de nuestro bebé.

En el parto la gran aliada es la oxitocina. Esa misma que aparece cuando nos enamoramos. La misma que aparece en las relaciones sexuales. La llamada hormona del amor. 

Esta hormona es la que favorece la dilatación y por tanto todo el proceso de dar a luz.

Cuando sentimos miedo, aparecen hormonas como el cortisol, la llamada hormona del estrés. Esta hormona aumenta la percepción de dolor y dificulta la dilatación ya que es la “enemiga” de la oxitocina.

Por lo tanto, desde un primer momento es importante entender cómo el miedo puede repercutir en el proceso y la vivencia del parto. 

A medida que se acerca el momento del parto, el miedo va haciendo acto de presencia. Y es natural, cierto nivel de miedo nos mantiene alerta. No olvides que todas las emociones son útiles.

Sobre todo al final del embarazo aparece la incertidumbre de cómo saldrá todo, si sabré identificar las señales de parto, si sabré si los síntomas son propios del proceso o puede estar ocurriendo algo más, cómo nacerá el bebé, si estará sano … 

Además en la aparición del miedo juega un papel muy importante el lenguaje y la narrativa que hemos ido dando al proceso de parto. Si el parto es un proceso fisiológico, natural, que lleva dándose desde que existen los mamíferos, ¿por qué da tanto miedo?

Según la RAE Parir es: “Dicho de una hembra de cualquier especie vivípara: expeler en tiempo oportuno el feto que tenía concebido”.

Según InaMayGaskin, matrona que ha reivindicado en su carrera el parto humanizado, el parto es una “mezcla de connotaciones biológicas, espirituales y sexuales”.

Sin lugar a dudas, hay una enorme diferencia entre estas dos conceptualizaciones del parto y el vocabulario empleado en ellas. A mí desde luego la palabra “expeler” no me conecta para nada con un acto espiritual y sexual, vivido desde el amor.

La capacidad de lenguaje es algo maravilloso del ser humano que nos permite hacer aprendizajes a través de él, sin necesidad de experimentar de primera mano. Esto puede ser muy útil para la supervivencia de la especie. Por ejemplo, sé que el fuego quema sin necesidad de quemarme. 

Sin embargo, en otras ocasiones, esas relaciones que establecemos a través del lenguaje no nos ayudan tanto. Y en este caso, no ocurre solo por las historias de terror que nos cuentan acerca del parto, si no por el vocabulario utilizado al referirnos a él.

Por qué se produce el miedo al parto:

  • Puede aparecer en el primer embarazo, sin haber tenido experiencia previa. 
  • Por falta de información: Se produce el miedo a lo desconocido

Como vimos al principio del artículo, hay muchas incertidumbres cuando vas a vivir esta experiencia por primera vez, y a los seres humanos nos encanta la sensación de control.

  • Por el uso del lenguaje cuando nos referimos a él. 

Estando embarazada viene la vecina del quinto a preguntarme de cuánto estoy y aprovecha ese momento, ¿por qué no? , para contarme su tormentosa experiencia de parto. Dando todo tipo de detalles escabrosos.

¿Os ha pasado? Recuerda: su experiencia no tiene por qué ser la tuya. Y sobre todo, su VIVENCIA no va a ser la tuya.

Pero no ya la vecina del quinto. Nuestra madre, tía y/o abuela, nos cuentan su experiencia. Indagamos en nuestro propio nacimiento. Y ¡sorpresa! Nos encontramos con experiencias negativas en nuestra propia familia. Nosotras mismas pasamos por esa experiencia al nacer. Y se establece una relación con cómo parió mi madre, mi tía, mi abuela, y cómo lo haré yo. “Somos de cadera estrecha”, “en nuestra familia no dilatamos”… Historias de terror que en muchas ocasiones se ven condicionadas por la falta de información de la que hablábamos antes. Tanto del que la cuenta como del que la recibe. Y que además son historias que quizá llevamos oyendo desde que somos niñas y las hemos hecho nuestras.

Estas historias también pueden generarnos desconfianza en el personal sanitario, no sea que me hagan lo mismo que le hicieron a tal amiga. Y esa desconfianza nos va a poner alerta, tensas, a la expectativa.  Aquí vienen el cortisol y la adrenalina a hacer de las suyas y a dificultarnos el proceso.

Y ¿qué pasa con cuando nos dicen “que sea una horita corta”?. Si me desean que pase rápido, puedo inferir que esa situación no debe ser agradable.

Seguro que también nos han contado historias positivas, pero para el cerebro tiene     más impacto lo relacionado con el miedo y se guarda esa información para prevenirnos de un posible peligro. Gracias cerebro por protegerme, pero quizás estaría bien  bajar la guardia.

  • Vivencia del parto como negativa. Cuando hemos tenido una experiencia previa de parto en la que hemos pasado miedo, incluso nos ha resultado traumática se genera esa asociación parto= miedo. 

Recuerda, la historia no tiene por qué repetirse. Esa vivencia pasó. Esta es otra nueva.

Todo esto ocurre igual en la pareja, que como acompañante y espectador/a puede sentirse invadido/a por el miedo y además sentir que su miedo no es tan importante porque no es protagonista del proceso. Esto puede hacer que le sea más difícil compartir y hablar acerca de cómo se está sintiendo o poder expresar que como espectador/a de un parto traumático también se ha visto afectado/a. 

Qué puedo hacer:

  • Buscar relatos de parto con experiencias positivas. 
  • Informarte respecto a los protocolos del hospital donde vas a parir.
  • Informarte respecto a cómo es el proceso del parto. Aprovecha las visitas a la matrona para preguntarle todo lo que necesites saber, exponer todas tus dudas y que te dé información sobre el hospital. Ahora con el COVID y la ausencia de clases preparto, no queda otra que aprovechar esas visitas. Te recomiendo además leer “Parir” de IboneOlza y “Parir sin Miedo” de Consuelo Ruiz.
  • Revisar tus miedos, ponerle palabras y refutarlos o ponerles remedio: ¿de dónde me viene este miedo?, ¿es un miedo real o es algo que me da mi mente?, ¿qué está en mi mano para sobrellevarlo?
  • Compartir tus miedos e incertidumbres: hablar con otras mamás embarazadas, con personas de tu círculo cercano que sean de sostén, con tu pareja y familia… Hablar y expresar tus miedos ayuda a superarlo.
  • Puedes hacer sesiones de Método Naces, también conocido como hipnoparto. En ellas podrás hacer visualizaciones que te guiarán a lo largo del proceso de parto asociándolo a una experiencia vivida desde el amor y el reencuentro. Además también se puede trabajar la confianza en el cuerpo, en el personal sanitario, el vínculo madre-bebé… y a desvincular dolor de sufrimiento.¡OJO! No se trata de convencerte de que tu parto va a ir tal y como tengas planeado. Se trata de prepararte para que la forma en que lo vivas sea desde el amor y la confianza, pase lo que pase.

Y si el miedo se vuelve demasiado intenso…


Si sientes que ese miedo es demasiado intenso y que los pensamientos entorno a esto ocupan gran parte de tu día, busca ayuda. Acude a un especialista de la psicología perinatal que pueda proporcionarte un tratamiento y acompañamiento adecuado.

Estamos aquí para ayudarte a transitar este camino.