Últimamente, parece que todo se reduce a dopamina. Si procrastinas, dopamina. Si no puedes soltar el móvil, dopamina. Esta visión se popularizó aún más tras la intervención de Marian Rojas Estapé en El Hormiguero, donde expuso el papel de la dopamina en la búsqueda de placer y recompensa.
Pero aquí está el problema: cuando reducimos el comportamiento humano a química cerebral, nos quedamos con una historia a medias. Porque sí, somos organismos, y la biología importa, pero también somos historia, vínculos y significado. Suena cómodo: un fallo químico con solución rápida. Pero no. Somos organismos, y la biología importa, sí, pero también somos historia, relaciones, cultura y decisiones. Aquí vamos a explicarlo, sin filtros y con rigor.
1️⃣ Somos organismos, pero también historia y contexto
La dopamina es clave para la motivación, el placer y el aprendizaje. Pero pensar que todo se arregla "hackeando" tu química es simplista. Tu cerebro no vive aislado: tus experiencias, vínculos y valores moldean tu comportamiento. La psicología contextual lo dice claro: tu comportamiento es tu respuesta a lo que tu mente aprendió a temer o a buscar. Esto no es negar la biología; es integrarla. Porque lo que vives y cómo lo interpretas importa tanto como lo que tu cerebro procesa.
¿Un ejemplo? Dos personas pueden vivir la misma pérdida y responder distinto. Una se paraliza; la otra encuentra propósito. ¿Quién tiene más dopamina? Pregunta equivocada. Lo importante es cómo se han relacionado con su dolor y qué papel ocupa ese dolor en su vida.
2️⃣ Adicciones y dopamina: el problema es el dolor, no la química
En las adicciones, la dopamina está desajustada, pero no es la causa, es el síntoma. Gabor Maté lo explica con claridad: las adicciones no nacen de la búsqueda de placer, sino de la necesidad de aliviar un dolor profundo, muchas veces anclado en la vergüenza y el abandono. Según Maté, detrás de cada adicción hay una herida emocional, una soledad no acompañada, una historia de autovaloración dañada. Por eso, desde la psicología contextual, no buscamos solo apagar la adicción, sino comprender lo que intenta resolver. Usamos enfoques como ACT y EMDR para explorar ese dolor y construir nuevas formas de relación con él. Porque si solo tratas la dopamina, apagas el síntoma, pero dejas intacto el problema.
¿Necesitas ayuda? Reserva una sesión de acogida gratuita para entender como podemos ayudarte.
3️⃣ La mente no es solo química: es sentido y narrativa
Sí, somos organismos. Pero también somos seres que damos sentido a lo que vivimos. Tu mente no es solo neurotransmisores: es la forma en que te hablas y cómo das sentido a lo que sientes. La psicología contextual lo sabe: lo que piensas importa, no porque "atraigas" realidades, sino porque tu narrativa interna define cómo te relacionas con el mundo. Por eso, en nuestro curso Calla tu Mente, enseñamos a dejar de pelearte con tus pensamientos y a escucharlos como señales de lo que tu vida necesita.
Entonces, ¿eres tú o tu dopamina? Eres tú. Eres tu biología, claro, pero también tu historia, tu dolor, tu contexto y lo que haces con todo ello. Tu dopamina es parte del relato, pero tu vida es mucho más que química. Si quieres trabajar esa relación, estamos aquí para acompañarte. Porque tu vida merece ser entendida más allá de cualquier mito.
Si te ha gustado este artículo y quieres recibir contenido útil y práctico como este directamente en tu bandeja de entrada, te invito a suscribirte a mi newsletter mensual.
Encontrarás reflexiones, herramientas y recursos para seguir creciendo y cuidándote. ¡Suscríbete ahora aquí! 💌