Cuando hablamos de trauma, la mayoría de las personas pensamos en experiencias impactantes que alguien vive directamente como un accidente de coche, pero la realidad es que, hay otro tipo de trauma, más silencioso pero igualmente significativo, llamado trauma vicario. Este tipo de trauma puede afectar a cualquier persona que, por su trabajo o entorno, esté expuesta a las historias traumáticas de otros, como psicólogos, trabajadores sociales, médicos o incluso familiares y amigos.
Este es un dolor que no se ve, pero que muchos/as de nosotros/as llevamos en el corazón, especialmente aquellos que nos preocupamos profundamente por el bienestar de los demás y nos dedicamos a la ayuda como profesión; y también aquellas personas que están expuestas a historias traumáticas que viven otros seres humanos como es la situación de guerra que se está viviendo en Gaza o las inundaciones provocadas por la Dana en Valencia y otros lugares de España.
¿Qué es el Trauma Vicario?
Imagina por un momento a una persona que ha sufrido una experiencia traumática, alguien que comparte su historia desgarradora contigo o que ves un video sobre la situación que viven las personas en la franja de Gaza con la guerra o las inundaciones por la Dana en Valencia. Ser testigo de su dolor hace que éste resuene en tu interior, y aunque no lo hayas vivido directamente, sientes el peso de su sufrimiento como si fuera tuyo.
Esto es el trauma vicario: el impacto emocional que experimentamos al ser testigos del dolor ajeno.
¿Por qué sucede?
Gabor Maté, un destacado experto en trauma, nos recuerda que la empatía es una de nuestras características más humanas. Nos une, nos permite comprender y conectar, pero también puede hacernos vulnerables. Cuando nos exponemos a las historias de dolor y trauma de otros, nuestra capacidad de empatizar puede resultar en una carga emocional que a veces parece abrumadora.
Por otro lado, Bessel van der Kolk, un pionero en el estudio del trauma, nos enseña que el sufrimiento no solo se siente en la mente; se almacena en nuestro cuerpo. Cada relato desgarrador que escuchamos puede dejar huellas invisibles, afectando nuestro bienestar físico y emocional.
Todo esto se debe a la ventana de tolerancia que es un concepto en psicología, que se refiere al rango óptimo de activación emocional en el que una persona puede funcionar de manera efectiva. Cuando una persona está dentro de su ventana de tolerancia, se siente equilibrada, capaz de gestionar el estrés y responder de manera adaptativa a los desafíos pero si no, esto la lleva a desestabilizarse y verse limitada para poder actuar.
Reconociendo tus propios sentimientos
Es esencial que prestes atención a tu mundo interior, a tus propias emociones. Si sientes agotamiento después de estar expuesto a testimonios o material audiovisual, o si te encuentras con la mente enredada y preocupada con situaciones que no están en tu mano, estas pueden ser un signo de que el trauma vicario te puede estar afectando.
Algunos síntomas que pueden aparecer son:
- Agotamiento emocional: La sensación de estar drenado/a, saturado/a incluso si solo has estado escuchando la radio o viendo las noticias en televisión o videos en redes sociales.
- Hipersensibilidad: Reacciones desproporcionadas a situaciones que antes no te habrían afectado de igual manera. Irritabilidad, tristeza intensa, ansiedad, etc.
- Rumia: Pensamientos intrusivos, recurrentes sobre las historias que has escuchado.
- Alteraciones del sueño: Dificultades para descansar (insomnio), pesadillas con contenido referente a lo que has visto o escuchado.
Estrategias para cuidarte
Quiero transmitirte que no estás solo/a. Que puedes encontrar formas de proteger tu corazón y tu mente. Y por eso aquí te dejo algunas estrategias que pueden ayudarte a prevenir el trauma vicario y a cuidar tu salud mental en estos momentos:
- Reconoce tus límites: Permítete sentir que está bien cuidar de ti mismo. Eres humano y, a veces, la mejor forma de ayudar a otros es asegurándote de que tú estés bien primero. Recuerda que en el avión nos piden siempre ponernos la mascarilla primero a nosotros/as.
- Practica el autocuidado: Conéctate contigo mismo a través de actividades que te llenen de energía y paz. Esto puede ser la meditación, el yoga, dar un paseo por la naturaleza o simplemente disfrutar de un buen libro.
- Escucha a tu cuerpo: Aprende a sintonizarte con las señales que tu cuerpo te envía. La respiración profunda y el movimiento pueden ser poderosos aliados para liberar tensiones. Hacer ejercicio es vital para liberar tensión.
- Busca apoyo: No tengas miedo de abrirte. Compartir tus sentimientos con amigos, familiares o incluso un profesional de la psicología puede ser liberador y te ayudará a procesar el dolor que sientes. Recuerda que tenemos un equipo de psicólogos online especializado y que podemos ayudarte si así lo requieres.
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Una última reflexión
El trauma vicario es un recordatorio de nuestra profunda conexión como seres humanos.
Nos muestra que, aunque el dolor ajeno pueda tocar nuestras almas, también tenemos la capacidad de cuidar de nosotros mismos y de sanar.
Gabor Maté nos enseña que, en la conexión auténtica, también hay espacio para la sanación. Así que, querido/a lector/a, cuídate con la misma compasión que ofreces a los demás. Tu bienestar es fundamental, no solo para ti, sino para todos los que te rodean.
Recuerda que, al proteger tu corazón, al ponerte tu la mascarilla de oxígeno primero, te estás protegiendo y así te mantienes fuerte para seguir brindando apoyo a quienes más lo necesitan.