La Dramaqueen es esa voz interna que nos acompaña a todas horas.
Son pensamientos automáticos que consiguen modificar nuestros sentimientos y también nuestras acciones.
Es normal.
Si pensamos que algo puede ser peligroso, que nuestra pareja no nos quiere o que todo va a salir mal y no lo confrontamos con datos objetivos, corremos el riesgo de comportarnos basándonos en estos mensajes.
Pero aunque le hagamos "caso", aunque actuemos en consonancia a lo que nos dice, no va a quedarse contenta, ni callada. Hasta puede lanzarnos mensajes a priori contradictorios con lo que decía en un primer momento. Su rollo es no dejarnos tranquil@s.
Por eso no tiene sentido escucharla demasiado. Siempre va a pedir más de ti.
¿Hay que actuar en contra de la Dramaqueen?
Es más difícil controlar lo que pensamos y lo que sentimos que lo que hacemos.
La mayoría de las terapias psicológicas buscan que el primer movimiento sea comportamental precisamente por eso.
Cuando queremos romper el círculo (vicioso) que forman los pensamientos negativos, las emociones desadaptativas y las conductas que nos alejan de lo que queremos, tenemos que empezar por algún lado, ya que se retroalimentan.
Buscar aquello que nos importa, saber cuáles son nuestros valores es esencial para que nos concienciemos hacia la acción (aunque al principio sea llena de sentimientos incómodos y de pensamientos invasivos).
Una vez hagamos algo valioso para nuestra vida, será más fácil que las emociones se pongan de nuestro de lado y que la Dramaqueen disminuya el ruido.