Aunque creamos lo contrario, una autoestima saludable no significa que creamos que todo lo que hacemos o lo que somos es perfecto.
Cuando hablamos de autoestima alta, hablamos del grado de aceptación al que hemos llegado respecto a lo que opinamos que somos, respecto a nuestro autoconcepto.
Porque somos la idea que tenemos sobre lo que somos.
Y evaluar positivamente esa percepción es lo que arroja una autoestima sana.
Por eso la autoestima no es inmutable.
El concepto que tenemos sobre lo que somos varía según sea aquello que estamos valorando.
La autoestima, por lo tanto, depende de muchos factores y de qué ámbito en específico es el que midamos.
Lo importante es mantener cierto grado de aceptación. Tener autoestima es la capacidad de conocerse, respetarse y saber cuáles son tus derechos. Entender que no eres menos que nadie y que mereces que te traten como tal.
Cuando nuestra autoestima es alta o saludable pensamos, sentimos y actuamos de manera útil y beneficiosa para nuestra vida y para la vida de quienes nos rodean, incrementando, en consecuencia, nuestro bienestar.
✨ Autoestima: Un viaje hacia la confianza y el amor propio✨ Pero… ¿cómo podemos saber si tenemos una autoestima saludable?
La autoestima alta no se mide en querer llevar la razón a toda costa, si no en saber que podemos cambiar de opinión o reconocer nuestros errores.
Cuando tenemos una autoestima saludable somos capaces de defender nuestros derechos y opiniones, aunque eso implique que otras personas puedan atacarnos por los mismos.
No creemos poder con todo pero conocemos nuestras capacidades y confiamos en ellas aunque sabemos pedir ayuda.
Sabemos que no somos más que nadie, pero tampoco menos y por lo tanto tratamos con dignidad a las personas, pidiendo ser tratadas de la misma manera.
Una persona con autoestima saludable, no manipula para salirse siempre con la suya, pero conoce sus derechos y sabe que puede hacer lo que considere oportuno sin sentir culpa por hacerlo.
No es inmune a las críticas, pero no se deja arrastrar por las mismas.
Reconoce y acepta sus emociones y es capaz de expresarlas con asertividad.
Entiende que cada persona es igual y por lo tanto reconoce que todos sus derechos naturales son aplicables a lxs demás.
Acepta los cumplidos.
…
La autoestima, como vemos, no es creerse una super-persona. La autoestima es una consecuencia. Los cimientos son el conocimiento que tenemos sobre nosotr@s, sobre nuestras emociones, valores y actos. Pero los de verdad, no los que mostramos al mundo.
Es ser buenx con unx mismx, en definitiva.
¿Y tú? ¿Cómo eres contigo?