Por qué me siento mal en Navidad: causas y cómo afrontarlo

Por qué me siento mal en Navidad: causas y cómo afrontarlo
Hay una frase que escucho cada año cuando llega diciembre: “No entiendo qué me pasa… debería estar bien, pero estoy removida.”

Si tú también te estás preguntando por qué me siento mal en Navidad, lo primero que quiero decirte es que esto no es un fallo tuyo. No es debilidad. No es que estés “peor que los demás”.


Es que diciembre es un mes que activa emociones profundas, memoria, expectativas y experiencias que llevamos muy dentro.

Lo que te pasa tiene explicación científica, emocional y humana.

Vamos a entenderlo…

La Navidad activa recuerdos que tu cerebro guarda en silencio

Diciembre no es un mes neutro. Es un mes cargado de señales sensoriales: luces, olores, músicas repetidas, rituales familiares, comidas particulares, conversaciones predecibles, imágenes de “cómo debería ser”.

Y tu cerebro lo reconoce todo.

La neurociencia demuestra que cuando aparecen estímulos emocionalmente significativos, el hipocampo (memoria autobiográfica) y la amígdala (procesamiento emocional) se activan como si alguien hubiese abierto un álbum de fotos internas.
Los estímulos sensoriales pueden reactivar recuerdos con una fuerza inesperada.

Por eso diciembre trae:

  • recuerdos de la infancia,
  • momentos con personas que ya no están,
  • etapas de tu vida que cerraron sin ceremonia,
  • relaciones que se transformaron,
  • versiones de ti que añoras o te duelen.

No te está pasando “otra vez lo mismo”.
Tu sistema emocional está respondiendo a señales que significaron mucho en tu historia.

Tristeza en Navidad: no es raro, es humano

Muchas personas sienten tristeza en Navidad y no lo dicen.
No encaja con el guion de “época feliz”, así que lo esconden.

Pero la realidad emocional es otra.

La Navidad puede generar tristeza, nostalgia o ansiedad incluso en personas que “están bien”, porque representa un espejo donde se refleja cómo ha cambiado su vida desde la última Navidad.

Esto no es negatividad. Es sensibilidad. Es memoria emocional.
Y es normal.

La presión de “debería estar bien” es uno de los mayores generadores de malestar

Si te preguntas por qué me siento mal en Navidad, una parte muy importante es esta:
la sociedad nos vende una Navidad perfecta que no existe.
Un molde emocional rígido: estar feliz, estar agradecida, estar ilusionada.

Cuando lo que sientes no encaja, aparece la culpa:

  • “Debería estar mejor.”
  • “No debería sentirme así.”
  • “No quiero arruinarle la Navidad a nadie.”

Este pensamiento es violencia emocional silenciosa.

Desde la psicología contextual sabemos que el sufrimiento no viene tanto de la emoción, sino del juicio sobre la emoción.
Tu tristeza duele, pero la culpa por estar triste duele el doble.

El duelo se reactiva en fechas simbólicas

La Navidad no inventa el dolor, pero lo ilumina.

No hablo solo del fallecimiento de alguien. Hablo de todas las transformaciones que implica el duelo: vínculos que cambiaron, relaciones que ya no existen, hogares que dejaste, etapas que cerraron sin manual de instrucciones, personas que siguen vivas pero ya no forman parte de tu vida.

Las fechas señaladas reactivan la emoción.
La Mayo Clinic explica que esto se llama “reacciones de aniversario”: el cuerpo y la mente recuerdan sin que tengas que hacerlo conscientemente (fuente: https://www.mayoclinic.org/healthy-lifestyle/end-of-life/in-depth/grief/art-20045340).

No estás “retrocediendo”.
Tu vínculo se está reorganizando.
Es amor en forma de nostalgia.

Estrés y ansiedad: diciembre es sobrecarga pura

Tu sistema nervioso llega a diciembre cansado. Y de repente le añadimos:

  • más reuniones,
  • más gasto,
  • más expectativas,
  • más ruido,
  • más familia,
  • más comparación social,
  • más cosas que “deberías” sentir.

Cleveland Clinic explica que las fiestas son un contexto de estrés elevado por la combinación de presión social, sobrecarga y falta de descanso (fuente: https://health.clevelandclinic.org/how-to-handle-holiday-stress/).

No es que “no soportes nada”.
Es que ningún sistema nervioso funciona bien sin pausas.

Entonces… ¿por qué me siento mal en Navidad?

Porque diciembre toca todo lo que te ha construido como persona:

  • tu historia,
  • tus recuerdos,
  • tus vínculos,
  • tus heridas,
  • tus cambios,
  • tus ausencias,
  • tus expectativas,
  • tu cansancio,
  • tus deseos no cumplidos,
  • tus transiciones,
  • tu verdad emocional.

No es debilidad.
Es humanidad.

Qué hacer cuando la Navidad te remueve: herramientas prácticas

No te voy a pedir que “pongas buena cara”.
Te doy recursos reales y cuidados.

1. Practica la defusión: separarte de tus pensamientos

Cuando notes:

  • “no debería sentirme así”,
  • “estoy fallando”,
  • “no me va a salir bien”,

prueba decir:

“Estoy teniendo el pensamiento de que…”

Tu cerebro baja automáticamente la intensidad.

2. Date permiso para sentir

Intenta decirte:

“Esto que siento tiene un porqué. No tengo que eliminarlo.”

Aceptar no es rendirse.
Es dejar de pelear contigo.

3. Haz un ritual que tenga sentido para ti

No un ritual social. Uno tuyo:

  • encender una vela por un vínculo que cambió,
  • escribir a tu yo de enero,
  • poner una canción que te acompañe,
  • cocinar algo que te conecte a ti, no a la tradición,
  • hacer una llamada que te nutra.

Los rituales organizan la emoción.

4. Crea microespacios de seguridad

Puedes:

  • quedarte menos tiempo en las cenas,
  • dar un paseo,
  • estirar cinco minutos en el baño,
  • decir “voy y vuelvo”,
  • no ir a todo,
  • elegir dónde pones tu energía.

Eso también es autocuidarte.

5. Reescribe tu propia Navidad

No preguntes “¿cómo debería sentirme?”.
Pregúntate:

“¿Cómo quiero vivir estas fechas con mi historia real?”

Ahí empieza tu libertad emocional.

Si necesitas apoyo, aquí estamos

Si este diciembre te pesa, si notas ansiedad, tristeza, nostalgia o simplemente no sabes cómo sostenerte, puedes pedir una sesión de acogida gratuita con mi equipo.

Trabajamos online, y podemos acompañarte a entender lo que estás sintiendo.

Y si lo que te hace sufrir es la mente acelerada, el ruido mental y la preocupación constante (esa Dramaqueen que en diciembre se multiplica), el curso Calla tu Mente te puede ayudar muchísimo.

La Navidad no exige que estés bien.
Lo único que pide tu cuerpo es que estés contigo.

Cuando entiendes por qué te sientes así, dejas de culparte y empiezas a acompañarte.
Y eso ya es sanar.

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Pareja,Psico Educación,Relaciones

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