La asertividad es la habilidad de expresar nuestras necesidades de forma clara y empática.
No todo el mundo sabe cómo hacerlo pero ¡tranqui! como todo, puede aprenderse.
¿Cómo puedo ser más asertiv@?
La asertividad tiene que ver con la comunicación. Con la comunicación eficaz.
El objetivo que tenemos a la hora de hablar es explicar aquello que pensamos o sentimos ¿cierto? A veces esto es difícil porque aquello que queremos decir no es lo que creemos que la otra persona quiere escuchar pero esto no puede impedir que lo hagamos. Incluso nuestras necesidades pueden ser opuestas a las de otras personas y generar un conflicto.
Aprender a hacerlo sabiendo que la otra persona tiene los mismos derechos que tú (y que tú tienes los de ella, que eso no se nos puede olvidar tampoco) es, por un lado, la forma más útil para hacer valer nuestros deseos y, por otro, la manera en la que nos sentiremos mejor, ya que pondremos en valor nuestro yo sin desprestigiar al otro ni a nosotr@s mism@s.
La fórmula es la siguiente
- Hablo de forma calmada y desde el yo
- Expreso por qué quiero lo que quiero
- Doy alternativas tangibles
- Pregunto de forma directa la opinión de la otra persona.
Si quieres saber más sobre este tema te dejo el enlace a otro post en lo que lo explicamos más detalladamente.
Derechos asertivos
En primer lugar tenemos que tener claro que todas las personas tenemos los llamados Derechos Asertivos.
Estos son una lista de creencias saludables que, bajo mi punto de vista, tendrían que inculcarnos desde la escuela. No es fácil asimilarlos en la vida adulta, sobre todo porque estamos más que acostumbradas a recibir mensajes sobre lo adecuado que es complacer o lo mal que quedas si dices no. Peeero una vez los incorporas a tu vida, la forma en la que te relacionas cambias, liberando mucha culpa.
¿Quieres saber cuáles son?
1.Tengo derecho a ser la primera. Ceder siempre a los demás, no comunicar mis deseos o preferencias no me hace más cortés.
2.Tengo derecho a cometer errores. Los errores forman parte de la vida, son necesarios para el aprendizaje. No me avergüenzo por ellos y defiendo mi derecho a cometerlos.
3. Tengo derecho a tener mis propias opiniones y creencias.
4. Tengo derecho a cambiar de idea, opinión, o actuación. Cambiar de opinión no es una traición a mi misma, es evolucionar, aprender, ser flexible.
5. Tengo derecho a expresar críticas y a protestar por un trato injusto.
6. Tengo derecho a intentar cambiar lo que no me satisface.
7. Tengo derecho a pedir ayuda o apoyo emocional.
8. Tengo derecho a sentir y expresar el dolor. Todo el mundo siente dolor, y tenemos derecho a expresarlo si lo necesitamos.
9. Tengo derecho a ignorar los consejos de los demás.
10. Tengo derecho a recibir el reconocimiento por un trabajo bien hecho. Esto se aplica a los demás, pero sobre todo a mí misma. Reconoce tus méritos.
11. Tengo derecho a negarme a una petición, a decir "no" sin sentirme culpable o egoísta. Decir “no” no me hace desleal o egoísta.
12. Tengo derecho a estar sola, aún cuando los demás deseen mi compañía.
13. Tengo derecho a no justificarme ante los demás. En ocasiones con un “No, gracias” es suficiente. No tengo por qué dar excusas.
14. Tengo derecho a no responsabilizarme de los problemas de los demás.
15. Tengo derecho a no anticiparme a los deseos y necesidades de los demás y a no tener que intuirlos.
16. Tengo derecho a ser tratado con dignidad. Cuando siento que no soy tratada con la dignidad y el respeto que merezco, tengo derecho a protestar por ello.
17. Tengo derecho a tener mis propias necesidades y que sean tan importantes como las de los demás.
18. Tengo derecho a experimentar y expresar mis propios sentimientos, así como a ser mi única jueza.
19. Tengo derecho a parar y pensar antes de actuar.
20. Tengo derecho a no responder preguntas que me hacen.
21. Tengo derecho a interrumpir y a pedir aclaraciones.
22. Tengo derecho a pedir lo que quiero y a entender que me pueden decir que no.
23. Tengo derecho a hacer menos de lo que soy capaz de hacer. No siempre tengo que rendir al máximo.
24. Tengo derecho a tener éxito y superarme
25.Tengo derecho a gozar, disfrutar y ser feliz.
26. Tengo derecho a decidir qué hacer con mi cuerpo, tiempo, y propiedad.
27. Tengo derecho a NO ser asertiva.
Derechos Asertivos y Pareja
Evidentemente, tener claro que nos merecemos todos y cada uno de los puntos mencionados, es relevante para cualquier área vital. En el trabajo, por ejemplo, no dejarnos avasallar o expresar los desacuerdos de una manera adecuada es muy importante. Pero queremos mencionar un ámbito en el que son determinante para su buen funcionamiento: la pareja.
Los conflictos de pareja se deben, en muchos casos, a la comunicación, bien por falta de ella o por no decir las cosas como la otra persona quiere/espera.
Al aprender en terapia de pareja una forma de hacerlo en la que no se ataca a la otra persona ni se cede siempre desde el mismo lado, las relaciones crecen y ambas partes se sienten más satisfech@s con la misma.
Merece la pena ¿no crees?
Si has leído detenidamente los derechos asertivos me gustaría conocer tu opinión
¿Qué te parecen? ¿Hay alguno que te haya sorprendido? ¿Conocías esta lista de derechos?
Te leo en comentarios.