Desde hace ya un tiempo, estamos inmersos en un constante bombardeo de mensajes sobre la importancia del pensamiento positivo y una actitud optimista. La psicología positiva, un campo desarrollado por Martin Seligman, ha capturado la atención de muchos por sus prometedoras afirmaciones sobre la felicidad y el bienestar. Sin embargo, detrás de su brillo, hay varios problemas y errores que vale la pena examinar.
El surgimiento de la psicología positiva
Martin Seligman, conocido anteriormente por su investigación sobre la indefensión aprendida (un fenómeno que muestra cómo los perros, tras recibir castigos inescapables, dejan de intentar evitar las descargas), dio un giro en su carrera al convertirse en el pionero de la psicología positiva. La psicología positiva se centra en entender qué hace a las personas felices y cómo pueden florecer y prosperar.
En 1998, cuando Seligman asumió la presidencia de la APA (Asociación Americana de Psicología), presentó la psicología positiva como el foco de su presidencia. Este campo ha experimentado un crecimiento notable, con financiamiento significativo y aplicaciones prácticas en programas como el Battlemind del ejército estadounidense, diseñado para reducir el estrés postraumático en veteranos.
Problemas y pufos en la psicología positiva
A pesar del entusiasmo general, la psicología positiva no está exenta de críticas. Aquí repasamos tres ejemplos destacados de problemas en este campo:
- Las poses de poder de Amy Cuddy
Una de las investigaciones más populares en psicología positiva fue el estudio sobre las poses de poder, liderado por Amy Cuddy. Cuddy afirmaba que adoptar ciertas poses de poder podría alterar nuestras hormonas, aumentando la testosterona y reduciendo el cortisol, lo cual, a su vez, mejoraría nuestra eficacia en la negociación y liderazgo.
Sin embargo, intentos de replicar estos resultados en estudios posteriores encontraron que los cambios hormonales se producían en dirección contraria a la afirmación original, e incluso se descubrió que Cuddy había manipulado los datos para obtener los resultados deseados. Este caso demuestra que no toda la ciencia en psicología positiva está bien fundamentada y destaca la importancia de la replicabilidad y la integridad en la investigación.
- La ratio de la felicidad de Fredrickson y Losada
Barbara Fredrickson y Marcial Losada introdujeron una fórmula que prometía determinar una "ratio universal" de felicidad, sugiriendo que tener tres emociones positivas por cada emoción negativa garantizaría la felicidad. Sin embargo, Nick Brown, un informático con conocimientos en matemáticas, descubrió que las ecuaciones eran defectuosas y basadas en datos plagiados. La revisión crítica de la fórmula por parte de expertos en matemáticas y psicología mostró que esta ratio universal era inválida y no tenía base empírica sólida.
- Las afirmaciones positivas y su eficacia
La teoría de las afirmaciones positivas sostiene que si nos decimos cosas buenas a nosotros mismos, podemos alcanzar nuestras metas con éxito. Aunque al principio parezca prometedor, la investigación de Gabriele Oettingen demostró que las afirmaciones positivas pueden en realidad disminuir la motivación y el rendimiento. Esto se debe a que visualizar el éxito sin planificar los pasos necesarios puede llevar a una falsa sensación de logro y reducir el esfuerzo necesario para alcanzar los objetivos.
Reflexiones finales sobre la psicología positiva
La psicología positiva no es una pseudociencia, pero sí enfrenta desafíos significativos que requieren atención crítica. Las prescripciones basadas en esta corriente a menudo ignoran el contexto de vida y las circunstancias individuales, aplicando soluciones universales que pueden no ser efectivas para todos.
Como señala James Coyne, la psicología positiva a menudo se enfoca en los "hombres ricos y blancos", ignorando la influencia del contexto socioeconómico en el bienestar y la felicidad. Barbara Ehrenreich también ha criticado esta perspectiva, argumentando que la psicología positiva puede ser una trampa que no aborda adecuadamente las realidades de las personas en situaciones difíciles.
En resumen, mientras que la psicología positiva tiene el potencial de contribuir al bienestar, es crucial abordar sus limitaciones y cuestionar sus prácticas. La ciencia psicológica debe continuar revisando y refinando sus enfoques para ofrecer apoyo genuino y útil a todas las personas, sin importar su contexto.
Referencias:
1. Las Poses de Poder de Amy Cuddy
Evidencia Crítica:
- Estudio original: Amy Cuddy, Dana Carney y sus colegas publicaron un estudio en 2010 en Psychological Science donde afirmaban que las poses de poder (posturas expansivas) podrían aumentar los niveles de testosterona y disminuir los niveles de cortisol, además de mejorar la percepción de poder y eficacia en la negociación (Cuddy et al., 2010).
- Intentos de replicación: Varios estudios posteriores intentaron replicar estos resultados sin éxito. En 2015, una investigación realizada por Carney, Cuddy y otros no pudo reproducir el efecto hormonal que ellos habían reportado (Carney et al., 2015).
- Problemas de integridad: En 2017, se descubrió que Cuddy y su equipo habían hecho manipulación de datos, eliminando participantes cuyos resultados no encajaban con sus expectativas. Además, el estudio sufrió de problemas metodológicos como el uso de p-hacking y la ausencia de un grupo de control adecuado (Harris et al., 2017).
2. La ratio de la felicidad de Fredrickson y Losada
Evidencia Crítica:
- Estudio original: Barbara Fredrickson y Marcial Losada propusieron una fórmula que sugería que una ratio de 3:1 de emociones positivas a negativas era ideal para la felicidad, y que esta fórmula era universal (Fredrickson & Losada, 2005).
- Crítica matemática: Nick Brown, un informático, descubrió que la ecuación utilizada por Fredrickson y Losada no tenía una base matemática sólida y estaba plagada de errores. Brown demostró que las ecuaciones no estaban bien fundamentadas y eran autorreferenciales (Brown et al., 2013).
- Revisión crítica: Un estudio adicional liderado por Alan Sokal y Harris Friedman criticó la metodología y las matemáticas detrás de la ratio de felicidad, y argumentó que el modelo propuesto era deficiente (Sokal et al., 2013).
3. Las afirmaciones positivas y su eficacia
Evidencia crítica:
Mecanismo psicológico: Oettingen explicó que las afirmaciones positivas podrían llevar a una falsa sensación de éxito, haciendo que las personas sientan que ya han alcanzado sus metas sin necesidad de realizar esfuerzos adicionales. Esto se debe a que las visualizaciones del éxito pueden llevar a una reducción en la acción y planificación necesarias para alcanzar los objetivos (Oettingen, 2014).
Estudio original: La teoría de las afirmaciones positivas sugiere que repetir afirmaciones positivas puede llevar a una mejora en el rendimiento y la motivación. Sin embargo, varios estudios han cuestionado esta idea.
Investigación crítica: Gabriele Oettingen realizó estudios que mostraron que las afirmaciones positivas pueden en realidad reducir la motivación y el rendimiento. En uno de sus estudios, Oettingen encontró que los individuos que se enfocaban en afirmaciones positivas y visualizaciones del éxito tendían a tener peores resultados en términos de entrevistas de trabajo y logros (Oettingen et al., 2015).