Hablar es fácil. Abrimos la boca, y ahí van las palabras, a veces sin filtro, sin pausa, sin pensar en las consecuencias. Pero comunicar de verdad, eso es otra historia. Porque no se trata solo de decir lo que pensamos, sino de hacerlo en el momento adecuado y de la manera correcta
No, no se trata de callarse. Se trata de darle a la mente tiempo para decidir cómo, cuándo y por qué decirlo. Porque una verdad mal dicha puede herir, una crítica inoportuna puede desatar una tormenta, y una opinión soltada en el peor momento puede cerrar puertas que no queríamos cerrar.
Hablar sin pausa vs. hablar con conciencia
Vivimos en una época donde se nos anima a “decir lo que pensamos”, a “no guardarnos nada”. Y sí, expresarnos es necesario. Pero eso no significa soltarlo todo sin pensar. Porque no es lo mismo decir una verdad en el calor del momento, con las emociones desbordadas, que decirla después de darle espacio a la mente para procesar.
Piensa en esas veces en las que dijiste algo y luego pensaste: “¿Por qué no me callé?” o “¿Por qué lo dije así?”.
Hablar sin filtro puede ser una liberación momentánea, pero también puede ser un billete de ida a un conflicto innecesario. Porque una vez que las palabras salen, no hay botón de deshacer.
El arte de pausar y pensar antes de hablar
No es callar. Es pausar. Es darte un segundo para preguntarte:
¿Es verdad lo que voy a decir?
¿Es una certeza o solo una suposición, un rumor, una percepción momentánea? Si no lo tienes claro, ¿vale la pena decirlo?
¿Es bueno o va a sumar algo positivo?
¿Va a aportar algo o solo echar leña al fuego? A veces, no es lo que dices, sino cómo lo dices lo que puede cambiarlo todo.
¿Es necesario decirlo ahora mismo?
¿Este es el momento adecuado? ¿O hay una forma, un tiempo y un lugar mejores para expresar lo que sientes o piensas? A veces, una verdad dicha en el momento correcto se convierte en una solución; dicha en el momento equivocado, se convierte en un problema.
Déjala ir cuando esté lista
Las emociones tienen un ciclo natural. Si las aceptas, terminarán su curso. Si notas que persisten demasiado tiempo, el EMDR puede ser una herramienta efectiva para desbloquear y procesar esas emociones.
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Ejemplos prácticos para aplicar esta pausa consciente
En una discusión de pareja:
Impulso inmediato: “Siempre haces lo mismo, nunca me escuchas.”
Versión pausada: “Ahora mismo estoy enfadada, pero necesito un momento para aclarar lo que siento y decírtelo bien.”
En una cena familiar tensa:
Impulso inmediato: “¿Otra vez sacando ese tema?”
Versión pausada: “Prefiero que hablemos de esto en otro momento, no quiero que se convierta en una discusión ahora.”
En el trabajo:
Impulso inmediato: “Este proyecto está mal hecho.”
Versión pausada: “He notado algunos detalles que podríamos mejorar. ¿Podemos revisarlos juntos?”
Beneficios de elegir el momento adecuado para hablar
- Reduces conflictos innecesarios: No todo merece una discusión en el momento.
- Te expresas mejor: Al pausar, tus ideas se ordenan y tus palabras son más claras.
- Te sientes más en control: No eres una marioneta de tus emociones; eliges cómo y cuándo actuar.
- Construyes relaciones más sanas: La comunicación consciente refuerza los vínculos y evita heridas innecesarias.
Recuerda: una pausa no es silencio, es sabiduría
Elegir el momento adecuado para hablar no es una forma de callarse, es una forma de respetarte a ti y a los demás. Es darle espacio a tu mente para decidir, y a tu corazón para sentir. Porque a veces, el mayor acto de valentía es esperar un segundo antes de hablar.
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