Superar el cáncer no siempre significa que el miedo desaparezca. Para muchas personas, la vida después de un tratamiento exitoso viene acompañada de una nueva forma de ansiedad: el miedo a la recaída.
Ese temor a que "todo vuelva a empezar" puede sentirse como una sombra constante, afectando la forma en que te relacionas contigo mismo/a y con tu entorno.
Desde la psicooncología, entendemos que este miedo no es solo un problema, sino una respuesta humana natural ante la incertidumbre. Pero lo importante es cómo aprender a gestionarlo para que no domine tu vida.
El miedo como un compañero inesperado
El miedo a la recaída no es irracional; está basado en una experiencia real. Sin embargo, cuando este miedo se vuelve constante, puede afectar tu bienestar emocional y físico. Como explica Susan David, psicóloga experta en resiliencia emocional, "no podemos evitar las emociones difíciles, pero podemos aprender a manejarlas de manera que nos permitan avanzar".
Es normal que ciertos síntomas físicos te activen la alarma, o que una revisión médica te haga sentir como si el reloj retrocediera. Pero el problema no es sentir miedo, sino quedarte atrapado/a en él, dejando que se convierta en el centro de tu vida.
Herramientas para gestionar el miedo a la recaída
Reconoce y valida tus emociones
El primer paso no es ignorar el miedo, sino escucharlo. En lugar de luchar contra esos pensamientos de "¿y si vuelve?", permite que estén presentes sin darles el control. Como explico en nuestras sesiones de psicooncología, validar tus emociones no significa que las apruebes, sino que reconoces que tienen un propósito: protegerte.
Conecta con tus valores
A menudo, el miedo a la recaída nos hace vivir en función de lo que no queremos que pase. Cambiar este enfoque es clave. Pregúntate: "¿Qué es importante para mí ahora, independientemente de lo que pueda ocurrir?". Conectar con tus valores te ayuda a centrarte en lo que puedes controlar, en lugar de quedarte atrapado/a en lo que no.
Desarrolla un plan de acción para los momentos difíciles
Tener un plan te da herramientas para gestionar la ansiedad cuando surgen pensamientos intrusivos. Por ejemplo, practicar ejercicios de respiración, hablar con alguien de confianza o recurrir a un/a psicólogo/a especializado/a puede marcar la diferencia. En nuestra página sobre psicooncología, encontrarás más información sobre cómo trabajamos estos procesos.
Revisa tus patrones de pensamiento
Muchas veces, el miedo a la recaída está alimentado por pensamientos catastrofistas. La terapia contextual nos enseña a mirar esos pensamientos desde otra perspectiva, sin creer todo lo que nos dice nuestra mente.
Vive en el presente
La recaída es una posibilidad, pero no una certeza. Practicar la atención plena (mindfulness) puede ayudarte a redirigir tu enfoque hacia lo que está ocurriendo ahora, en lugar de quedarte atrapado/a en los "y si".
El papel de la psicooncología
En nuestra clínica, hemos acompañado a muchas personas que viven con el miedo a la recaída. Lo que hemos aprendido es que cada caso es único, pero todas comparten la necesidad de un espacio seguro donde explorar sus emociones sin juicios y construir herramientas que les permitan vivir con mayor calma.
Como explica Teresa, una de nuestras psicólogas especializadas:
"El miedo no desaparece mágicamente, pero se puede integrar en tu vida de una manera que no te paralice. Aprender a convivir con esa incertidumbre es una forma de recuperar tu poder y volver a confiar en ti mismo/a."
Si sientes que este miedo está afectando tu vida, te invitamos a reservar una sesión de acogida gratuita con nuestro equipo. Juntos/as podemos trabajar en un plan que te ayude a gestionar tus emociones y centrarte en lo que realmente importa.
También puedes leer aquí sobre la terapia EMDR para tratar el miedo a las recaídas.
Reserva una sesión de acogida gratuita para entender como podemos ayudarte.
Vivir más allá del miedo
El miedo a la recaída no define quién eres, ni debería determinar cómo vives tu vida. Aprender a convivir con la incertidumbre es un acto de valentía y un regalo que te haces a ti mismo/a. Porque, aunque no podemos controlar el futuro, sí podemos decidir cómo queremos vivir el presente.
Enlace recomendado: Psicooncología: Acompañamiento psicológico durante el cáncer
Recuerda que no estás solo/a en esto. Cada paso que das hacia tu bienestar es un acto de amor propio y una señal de tu fortaleza. Estamos aquí para acompañarte.
Si te ha gustado este artículo y quieres recibir contenido útil y práctico como este directamente en tu bandeja de entrada, te invito a suscribirte a mi newsletter mensual.
Encontrarás reflexiones, herramientas y recursos para seguir creciendo y cuidándote. ¡Suscríbete ahora aquí! 💌