¿Por qué el cuerpo sigue reaccionando aunque el peligro ya pasó?

como superar el trauma

Tu cabeza sabe que ya pasó. Que el peligro no está, que no va a volver.

Te repites que "no tiene sentido sentirse así". Pero ahí estás, con el corazón acelerado, los músculos tensos, la sensación de que algo malo va a pasar en cualquier momento.

No estás exagerando. No eres débil. No es que "te lo tomes demasiado en serio". Es que tu sistema nervioso sigue atrapado en la alarma, en la emergencia. Porque el trauma no es solo un recuerdo, es una respuesta biológica que se queda en el cuerpo.

El trauma no es un pensamiento, es una herida en el sistema nervioso

El trauma no es lo que te pasó. Es lo que te pasó por dentro cuando ocurrió.

Cuando vivimos algo que nos sobrepasa, nuestro cerebro reacciona como puede para protegernos. Si en ese momento la experiencia fue demasiado intensa, el cerebro no la archiva bien. Y si no se archiva bien, se repite.

La amígdala (esa alarma interna que detecta el peligro) se queda encendida todo el tiempo, escaneando el entorno para asegurarse de que no vuelva a ocurrir. No le importa si han pasado diez años, sigue funcionando como si estuvieras ahí.

El hipocampo (el archivador de recuerdos) no pone la experiencia en "pasado", sino que la mantiene en presente. Por eso, aunque racionalmente sepas que ya no estás en peligro, tu cuerpo reacciona como si lo estuvieras.

La corteza prefrontal (tu parte racional) pierde poder cuando el sistema nervioso está activado. Así que no, no sirve de mucho intentar convencerte de que "no hay motivo para estar así".

Resultado: sigues reaccionando aunque el peligro ya no esté. Y no porque estés rota, sino porque tu cuerpo aprendió a protegerte así.

¿Necesitas ayuda? Reserva una sesión de acogida gratuita para entender como podemos ayudarte.

Lo que no se procesa, se queda atrapado en el cuerpo

El trauma deja huella en forma de:

  • Hipervigilancia → Sensación de estar siempre en guardia, incluso cuando todo está bien.
  • Dolores físicos y tensión crónica → Tu cuerpo sigue preparado para pelear o huir, aunque no haga falta.
  • Ansiedad e insomnio → Porque el cerebro sigue escaneando amenazas incluso de noche.

Y claro, te dices que no hay razón para estar así, que tienes que superarlo, que deberías poder relajarte. Pero no puedes. Porque el trauma no se cura solo con pensarlo.

No basta con hablarlo o entenderlo

Muchas veces, cuando alguien arrastra un trauma, lo primero que le dicen es: “Háblalo, exprésalo, sácalo de dentro”. Como si bastara con recordar para que desaparezca.

Pero el trauma no está solo en la memoria, está en el sistema nervioso. Y hablarlo ayuda, sí, pero no es suficiente.

Imagínate que te rompes una pierna. No se cura con entender cómo ocurrió el accidente. Necesitas rehabilitación, fisioterapia, ejercicios específicos. Con el trauma pasa lo mismo: no basta con recordar lo que pasó, hay que enseñarle al cuerpo que ya no está en peligro.

Bessel van der Kolk lo explica muy bien en El cuerpo lleva la cuenta: el trauma no solo afecta la mente, sino que se graba en el cuerpo, en la respiración, en los músculos, en la forma en la que te mueves y te relacionas con el mundo.

¿Cómo enseñarle al cuerpo que ya no está en peligro?

Si el trauma es una herida del sistema nervioso, la solución pasa por trabajar directamente con él. No basta con racionalizarlo, hay que reeducar al cuerpo.

1️⃣ Regulando el sistema nervioso

Stephen Porges (2011) explica que nuestro sistema nervioso tiene tres estados principales:

  • Seguridad → Cuando estamos tranquilos y conectados con el mundo.
  • Alerta → Cuando sentimos peligro y nuestro cuerpo se prepara para la lucha o la huida.
  • Colapso → Cuando el peligro ha sido demasiado grande y el sistema nervioso se apaga para sobrevivir.

El trauma nos deja atrapados entre la alerta y el colapso. El trabajo no es solo "relajarnos", es enseñarle al cuerpo que puede volver a la seguridad.

2️⃣ Procesando la experiencia atrapada

El EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing), desarrollado por Francine Shapiro (Shapiro, 1989), es una de las terapias más efectivas para el trauma.

A través de movimientos oculares, el cerebro reorganiza la memoria traumática y la archiva correctamente. La amígdala deja de activarse con ella, el hipocampo la reconoce como un evento pasado y el sistema nervioso deja de reaccionar como si estuviera ocurriendo ahora.

3️⃣ Trabajando con el cuerpo, no solo con la mente

Si el trauma dejó marca en el cuerpo, necesitamos técnicas que trabajen con él.

  • Terapia somática (para liberar la energía atrapada en el sistema nervioso).
  • Movimiento y ejercicio físico (para reconectar con el cuerpo de forma segura).
  • Espacios de conexión y seguridad (porque la recuperación no ocurre en soledad, sino en relación con otros).

No es magia, es neurociencia

Si sigues reaccionando aunque el peligro ya pasó, no es porque seas débil ni porque "te afecte demasiado". Es porque tu cuerpo aprendió a protegerte así. Y ahora necesita aprender que ya estás a salvo.

Si quieres entender cómo liberar el trauma de tu cuerpo, puedes empezar aquí:

Fuentes

  • Van der Kolk, B. (2014). The Body Keeps the Score: Brain, Mind, and Body in the Healing of Trauma. Penguin Books.
  • Porges, S. (2011). The Polyvagal Theory: Neurophysiological Foundations of Emotions, Attachment, Communication, and Self-Regulation. W. W. Norton & Company.
  • Shapiro, F. (1989). “Eye Movement Desensitization: A New Treatment for Post-Traumatic Stress Disorder.” Journal of Behavior Therapy and Experimental Psychiatry, 20(3), 211-217.

Artículo relacionado: Cuando el cuerpo recuerda lo que la mente olvida

Etiquetas :

Gestionar emociones,Psicología,Psicólogos Online,Trauma

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Pasos a seguir para empezar tu terapia

Se trata de un proceso en fases:

  • Sesión de acogida gratuita

    En primer lugar tendrá lugar la sesión de acogida de unos 15-20 min. con la coordinadora del equipo de psicólogos, donde trasladarás cual es tu necesidad en cuanto al problema que te trae a consulta y te daremos toda la información que necesitas.

  • Te asignamos al mejor psicoterapeuta para tus necesidades

    Si decides empezar la terapia psicológica para la ansiedad con nosotros, se te asignará un psicólogo o psicóloga de nuestro equipo de profesionales especializado/a en ansiedad, con el que tendrás la sesión de valoración.

  • Plan de trabajo

    A partir de ahí se establecerá un plan personalizado y consensuado contigo para que así puedas lograr tus objetivos terapéuticos para solucionar los problemas que la ansiedad está causando en tu vida y puedas alcanzar la metas que quieres en tu vida. El plan de trabajo puede incluir trabajo para casa porque terapia no es solo lo que ocurre en sesión sino también lo que haces con lo que trabajas en sesión en el día a día.

×