Comparación social: lo que tu mente intenta hacer (y por qué te machaca en verano)

como superar la ansiedad por comparación social

Te levantas, te haces el café, abres Instagram. Gente tomando coctel en un barcos, cuerpos, playas, planes, familias felices. Otra historia más con la canción del verano y una sonrisa perfecta al atardecer. Sales a la calle y en la parada del autobús, el cartel publicitario te dice que “este verano lo mereces todo”. Llegas al trabajo y el de al lado no deja de hablar de las vacaciones en Grecia con su pareja.

Y tú, que estás sobreviviendo a julio como puedes, sin vacaciones, sin nadie con quien ir de vacaciones, con mil frentes abiertos y dudando de si tu vida tiene algún sentido, sientes el zarpazo silencioso de la comparación.

No es solo Instagram y TikTok. Está en los anuncios, en los mensajes de “bienestar obligatorio”, en la presión de estar feliz porque es verano, en los comentarios de tus compis. Está en todas partes.

Compararse: una estrategia antigua de supervivencia (que hoy nos pasa factura)

Nuestra mente —esa Dramaqueen que no calla, que siempre tiene algo que decir, sobre todo cuando más jodidas estamos— tiene una función principal: protegernos. Pero no lo hace con dulzura, lo hace con estrategias que hace miles de años tenían sentido… y hoy ya no.

Uno de sus trucos favoritos es compararnos con el entorno. ¿Por qué? Porque en el Paleolítico, ser aceptada por el grupo no era un deseo: era cuestión de vida o muerte. Si te quedabas fuera de la tribu, te morías. Así que nuestra mente desarrolló un mecanismo de vigilancia constante: observar al resto, ver cómo encajamos, detectar amenazas, y corregir el rumbo para seguir siendo “válidas” para el grupo.

La comparación social, como lo llama la psicología, es una estrategia evolutiva para mantenernos dentro del rebaño. No es un defecto tuyo, no eres insegura porque sí. Estás diseñada para esto.

📚 Si quieres leer más sobre esto desde la ciencia, te recomiendo el libro The Social Animal de Elliot Aronson.

El problema es que ya no estamos en la sabana africana ni en una cueva del Neolítico. Estamos en una jungla digital llena de filtros, cuerpos imposibles y vidas editadas. Y aunque el contexto ha cambiado, el cerebro sigue usando los mismos algoritmos.

Entonces, ¿qué pasa? Que compararnos con lo que vemos en redes, en anuncios, en la calle… ya no nos protege, nos revienta. Porque no estamos comparándonos con la realidad. Estamos comparándonos con una fantasía colectiva, con imágenes seleccionadas al milímetro para vender felicidad, éxito, amor, vacaciones, culos perfectos.

💥 Nadie sube una historia llorando porque se siente sola en la playa con su pareja.
💥 Nadie hace una publi contando que ese cuerpo “fit” se sostiene a base de ansiedad, vómitos, traumas o una vida centrada exclusivamente en el control.

Y lo jodido es que tú sí sabes toda tu verdad, pero del otro solo ves el escaparate. Así que el sistema está trucado desde el inicio.

¿A qué grupo quieres pertenecer?

Si la comparación es una forma de buscar pertenencia, vale la pena preguntarse a qué grupo estás intentando pertenecer ahora mismo.

¿Al grupo de las vidas perfectas en redes? ¿A los cuerpos de anuncio? ¿A la cultura de la productividad, del “verano aprovechado”, del “hay que estar feliz porque hace sol”?

¿O al grupo de los que están sosteniendo la vida lo mejor que pueden, y aún así intentan vivir con sentido?

Porque hay otro grupo. Uno en el que puedes pertenecer sin tener que rendir examen cada día. Uno que no exige felicidad performativa ni cuerpos normativos. Uno donde puedes descansar.

En terapia contextual no se trata de dejar de compararte, sino de entender desde dónde lo haces, para qué, y qué valores hay detrás. Si no revisas tu brújula, puedes pasarte la vida escalando una montaña que ni siquiera querías subir.

¿Qué está activando en ti esta comparación? (contexto interno y externo)

Cuando te comparas, no es solo lo que ves. Es lo que se activa dentro de ti.

A veces, ese barco de Instagram no es solo un barco: es la representación de tu sensación de fracaso, tu miedo a no estar haciendo las cosas “bien”, tu soledad, tu enfado con la vida que te ha tocado.

Eso es contexto interno: emociones, recuerdos, autocríticas, historias de lo que deberías ser.
Y luego está el contexto externo: lo que estás viviendo ahora, tu nivel de estrés, tus apoyos, tu situación económica, si estás en un momento de duelo, de cambio, de caos.

No es lo mismo compararte desde el dolor que desde la calma. No es lo mismo ver a alguien en la playa cuando tú estás en la oficina que cuando acabas de perder a alguien, has cancelado unas vacaciones o estás atravesando un divorcio. Tu contexto lo cambia todo.

¿Qué puedes hacer?

No se trata de “pensar positivo” ni de apagar el móvil. Se trata de relacionarte de otra forma con tu mente. Aquí van algunas estrategias desde la terapia ACT:

🧠 Nombrar la historia (y ver qué estrategia evolutiva hay detrás)
Esta técnica consiste en ponerle nombre al discurso mental que se repite, para que puedas verlo como lo que es: una creencia aprendida, no un hecho.

“Ya está aquí la historia de que si no tengo vacaciones soy un fracasado.”
“Ya está aquí la historia de que si no tengo un cuerpo bronceado, nadie me va a querer.”

Nombrar la historia te permite dejar de actuar desde el piloto automático. Dejas de ser la historia para empezar a observarla. Te separas un poco. Tomas perspectiva. Y desde ahí, puedes respirar.

Pero esto no va solo de mirar el pensamiento con distancia. Se trata también de entender por qué está ahí.

Tu mente está haciendo lo que aprendió hace miles de años: vigilar al grupo, compararse, buscar encajar. Es una estrategia de supervivencia.
Así que cuando surge esa historia, puedes preguntarte:

👉 ¿Qué estrategia de supervivencia está activando mi mente ahora mismo?
👉 ¿Qué está intentando conseguir para mí? ¿Validación, pertenencia, seguridad?

Y puedes recordarle con firmeza y cuidado que esa historia ya no es necesaria.
No te van a expulsar de la tribu por no tener el verano perfecto.

🧠 Preguntar por la utilidad
¿Este pensamiento me está ayudando a cuidarme o a torturarme?
No se trata de si es verdad, sino de si te sirve. ¿Te acerca a lo que te importa o te aleja?

🧠 Revisar el grupo
¿A qué grupo estás intentando pertenecer con todo esto? ¿Y qué precio estás pagando por encajar?

🧠 Reconectar con tus valores
¿Qué es importante para ti este verano? No lo que dice la publicidad. Lo tuyo. Lo que a ti te da sentido. Lo que tú sí eliges.

🧠 Crear contexto alternativo
Rodéate de personas, espacios y contenidos que te recuerden que no tienes que estar “bien” todo el rato. Que descansar es válido. Que sentir también forma parte del viaje.

Cuando no ves la salida, es hora de cambiar la linterna

No estás rota. Estás en un momento en que no ves salida. Y eso no es un fallo: es una señal.

Una señal de que estás en bucle. De que tu mente está repitiendo las mismas historias de siempre, con el volumen al máximo. Una señal de que quizás necesitas ayuda para mirar desde otro ángulo, para encender otra linterna.

Y en eso sí podemos ayudarte.

🌿 Puedes empezar a entrenar tu mente con el curso Calla tu mente
📖 leer el libro No me digas tranquila
💬 o pedir tu sesión de acogida gratuita con una psicóloga de nuestro equipo.

No tienes que tenerlo todo claro. Solo dar el siguiente paso posible.

Etiquetas :

Ansiedad,Gestionar emociones,Psicología,Psicólogos Online

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Pasos a seguir para empezar tu terapia

Se trata de un proceso en fases:

  • Sesión de acogida gratuita

    En primer lugar tendrá lugar la sesión de acogida de unos 15-20 min. con la coordinadora del equipo de psicólogos, donde trasladarás cual es tu necesidad en cuanto al problema que te trae a consulta y te daremos toda la información que necesitas.

  • Te asignamos al mejor psicoterapeuta para tus necesidades

    Si decides empezar la terapia psicológica para la ansiedad con nosotros, se te asignará un psicólogo o psicóloga de nuestro equipo de profesionales especializado/a en ansiedad, con el que tendrás la sesión de valoración.

  • Plan de trabajo

    A partir de ahí se establecerá un plan personalizado y consensuado contigo para que así puedas lograr tus objetivos terapéuticos para solucionar los problemas que la ansiedad está causando en tu vida y puedas alcanzar la metas que quieres en tu vida. El plan de trabajo puede incluir trabajo para casa porque terapia no es solo lo que ocurre en sesión sino también lo que haces con lo que trabajas en sesión en el día a día.