Hipocondría: Cómo acompañar a quien nunca se encuentra bien.
"Cada vez soporto menos ir a casa de mis padres. Mi madre siempre está 'mala' (nunca han encontrado nada en los miles de exámenes que se ha hecho) y, lo peor, es que siempre está hablando sobre eso. La actitud es horrible, empaña cada momento familiar. Yo sigo llamando y yendo pero intento que mis hijas se relacionen con ella lo menos posible"
La hipocondría, aunque a menudo malinterpretada, es más que una simple preocupación por la salud; es una condición mental que puede afectar profundamente la vida de quienes la padecen y de quienes los rodean. En este artículo, intentaremos explicar de la forma más sencilla posible qué es exactamente la hipocondría, cómo se puede tratar y ofreceremos consejos prácticos para convivir con alguien que la experimenta.
¿Qué es la Hipocondría?
La hipocondría, también conocida como trastorno de ansiedad por enfermedad, se caracteriza por una preocupación excesiva y persistente por tener una enfermedad grave, a pesar de tener una evaluación médica exhaustiva que indique lo contrario.
Las personas hipocondríacas suelen interpretar de manera exagerada sensaciones físicas normales o síntomas leves como signos de enfermedades graves, lo que genera una ansiedad extrema y afecta su calidad de vida.
Tratamiento Adecuado para la Hipocondría
El tratamiento de la hipocondría generalmente implica una combinación de terapia psicológica y, en algunos casos, medicación. La terapia cognitivo-conductual (TCC) ha demostrado ser especialmente efectiva en el tratamiento de la hipocondría. Durante la TCC, los pacientes aprenden a identificar y desafiar los pensamientos catastróficos sobre la salud, así como a desarrollar estrategias para manejar la ansiedad y reducir los comportamientos de búsqueda de atención médica constante.
Además de la TCC, la educación sobre la salud y el fomento de un estilo de vida saludable pueden ser componentes importantes del tratamiento. Esto puede incluir técnicas de relajación, ejercicio regular y manejo del estrés.
Conviviendo con Alguien Hipocondríaco
La hipocondría no solo afecta a la persona que la experimenta, sino también a las personas que están a su alrededor. Estas son algunas de las formas en que la hipocondría puede influir en las relaciones y la vida cotidiana de quienes rodean a alguien que la padece:
- Preocupación constante: Lxs amigxs, familiares o parejas de alguien con hipocondría a menudo se ven obligados a lidiar con su preocupación constante por la salud. Esta preocupación puede manifestarse en forma de conversaciones repetitivas sobre síntomas, consultas médicas frecuentes e incluso visitas a emergencias innecesarias.
- Dificultad para comprender: Para aquellos que no experimentan hipocondría, puede ser difícil entender por qué alguien está tan preocupado por su salud, especialmente cuando los síntomas no parecen ser graves. Esto puede generar frustración y falta de empatía hacia la persona que sufre de hipocondría.
- Impacto en la calidad de vida: La hipocondría puede consumir una cantidad significativa de tiempo y energía, tanto para la persona que la experimenta como para quienes la rodean. Esto puede afectar la calidad de vida de todos los involucrados, causando estrés, ansiedad y tensión en las relaciones interpersonales.
- Ruptura en la confianza: La constante búsqueda de atención médica y la preocupación excesiva por la salud pueden socavar la confianza en la capacidad de la persona con hipocondría para manejar situaciones difíciles. Esto puede generar resentimiento y tensiones en las relaciones, especialmente si la persona con hipocondría no está dispuesta a buscar tratamiento o ayuda.
- Limitaciones en actividades sociales: La hipocondría puede hacer que la persona evite actividades sociales o situaciones que percibe como riesgosas para su salud. Esto puede limitar las oportunidades de disfrutar de actividades sociales y recreativas para quienes están cerca de ella.
Y yo... ¿Qué puedo hacer?
Convivir con alguien que siempre está hablando de lo mismo, que no es capaz de valorar lo bueno que tiene y se centra en lo que nosotrxs consideramos, pequeñas cosas, no es fácil.
Puede llegar a un punto de hartazgo que nos haga alejarnos o limitar el tiempo con esa persona.
Y, aún así, afecta. ¿Qué hacer, entonces, ante esta situación?
- Educarse sobre la condición: Entender qué es la hipocondría y cómo afecta a la persona que la padece puede ayudar a reducir la frustración y mejorar la empatía.
- Fuera la frustración: La persona no va a cambiar por mucho que tú le digas. Aceptar ésto puede ayudarnos a no frustrarnos.
- Fomentar la comunicación abierta: Animar a la persona a hablar sobre sus preocupaciones de manera abierta y honesta, pero no desde la queja, puede ayudar a disminuir la ansiedad y fortalecer la relación.
- Establecer límites saludables: Es importante establecer límites claros en cuanto a la cantidad de atención médica que se busca y no ceder ante demandas excesivas.
- Y límites de atención: Deja claro que no vais a hablar siempre del mismo tema. Hazle saber las veces que vuelve a la enfermedad o a los síntomas de una forma objetiva (a veces no son conscientes de que lo hacen).
- Fomentar la autonomía: Ayudar a la persona a desarrollar habilidades para manejar su ansiedad de manera independiente puede ser beneficioso a largo plazo. Deja claro que no vas a atender cada demanda (al hacerlo reforzamos la hipocondría).
La hipocondría es una condición compleja porque la persona casi nunca está dispuesta al tratamiento psicológico, así que a veces, lo único que nos queda es acudir directamente a terapia quien está a su lado, para saber manejar la situación y las propias emociones.