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La primera vez que escuché en la carrera el término “locus de control” me pareció el típico rollo académico alejado de la realidad de la psicología.

Gran error el mío.

El locus de control es un concepto fundamental que nos explica muchas conductas y ciertos rasgos de comportamiento. Además, como puede ser causa de algunos problemas emocionales, conocerlo implica también aprender a cambiarlo, y, así, mejorar nuestro bienestar. 

¿Qué es el locus de control?

Para adentrarnos en el tema, es esencial comprender qué significa exactamente el locus de control. Este concepto, introducido por Julian Rotter en la década de 1950, se refiere a la percepción que una persona tiene sobre la medida en que controla su vida. En otras palabras, ¿las circunstancias son el resultado de nuestras propias acciones (locus de control interno) o son determinadas por fuerzas externas más allá de su control (locus de control externo)?

¿Cómo se forma?

Para comprender cómo se forma el locus de control, es crucial examinar sus orígenes. Investigaciones recientes sugieren que la interacción entre factores genéticos y ambientales contribuye al desarrollo de esta orientación psicológica. Estudios gemelares han demostrado una predisposición genética en la inclinación hacia un locus de control interno o externo, pero el entorno en el que una persona crece y se desarrolla desempeña un papel significativo en la determinación final.

Numerosos estudios han destacado la importancia de la infancia en la formación del locus de control. La calidad de las relaciones parentales, el estilo de crianza y las experiencias tempranas pueden moldear la percepción de un individuo sobre la causalidad de los eventos en su vida. Por ejemplo, la presencia de modelos a seguir con un locus de control interno puede fomentar el desarrollo de esta orientación en los niños.

Locus de Control y su relación con la salud Psicológica

El locus de control no solo es una característica psicológica interesante, sino que también está vinculado estrechamente con la adaptación psicológica. Investigaciones han revelado que las personas con un locus de control interno tienden a enfrentar mejor el estrés y a tener una mayor sensación de autonomía y bienestar psicológico. Por otro lado, aquellos con un locus de control externo pueden ser más propensos a experimentar ansiedad y depresión, ya que perciben que tienen poco control sobre su entorno.

La falta de control sobre la propia vida o decisiones puede tener una serie de implicaciones psicológicas como por ejemplo:  

Estrés y Ansiedad

La percepción de no tener control puede generar estrés crónico y ansiedad. La sensación de impotencia frente a situaciones difíciles puede contribuir a la activación constante del sistema de respuesta al estrés, lo que, a largo plazo, puede tener efectos negativos en la salud mental.

Depresión

La falta de control también se asocia con la depresión. Las personas que sienten que no pueden influir en su entorno o en sus propias vidas pueden experimentar una sensación de desesperanza y abatimiento, contribuyendo al desarrollo de la depresión.

Baja Autoestima

La percepción constante de no tener control puede afectar la autoestima. Las personas pueden comenzar a cuestionar sus habilidades y valía personal, lo que puede llevar a una baja autoestima y a la creencia de que no son capaces de influir positivamente en sus vidas.

Falta de Motivación

La falta de control puede llevar a la pérdida de motivación. Si una persona no percibe que sus esfuerzos produzcan resultados significativos, es probable que disminuya su motivación para establecer metas y perseguir objetivos.

Incapacidad para Afrontar Desafíos

Las personas con un bajo sentido de control a menudo tienen dificultades para afrontar desafíos. Pueden sentirse abrumadas por las adversidades y tener dificultades para desarrollar estrategias efectivas de afrontamiento.

Impacto en las Relaciones Sociales

La falta de control también puede afectar las relaciones sociales. Las personas que se sienten impotentes pueden volverse más dependientes de los demás o, en algunos casos, retirarse socialmente debido a la percepción de que no tienen control sobre sus interacciones.

Impacto en la Salud Física

   - La falta de control también puede tener implicaciones para la salud física. La tensión constante asociada con la falta de control puede contribuir a problemas de salud como trastornos cardiovasculares, problemas gastrointestinales y otros síntomas físicos.

Implicaciones en la Toma de Decisiones y el Logro Académico

Estudiantes con un locus de control interno pueden estar más motivados, asumir responsabilidad por sus acciones y esforzarse por alcanzar metas académicas. En contraste, aquellos con un locus de control externo pueden ser más propensos a atribuir sus éxitos o fracasos a factores externos, lo que puede afectar negativamente su rendimiento.

Es importante señalar que estas implicaciones pueden variar en intensidad según la persona y la situación específica. La percepción de falta de control no siempre se traduce directamente en estas consecuencias, y factores como el apoyo social, la resiliencia y las habilidades de afrontamiento pueden moderar estos efectos. Sin embargo, reconocer la importancia del locus de control en la salud mental es fundamental para abordar y mitigar sus posibles impactos negativos.

¿Es posible modificarlo?

Cambiar de un locus de control externo a uno interno es un proceso gradual que implica reflexión, conciencia y acciones concretas. Aquí hay algunas estrategias que pueden ayudarte a realizar este cambio:

1. Autoconciencia

El primer paso para cambiar tu locus de control es ser consciente de tu perspectiva actual. Reflexiona sobre cómo percibes las causas de los eventos en tu vida. ¿Atribuyes tus éxitos y fracasos a factores externos o a tus propias acciones y esfuerzos? La autoevaluación honesta es esencial.

2. Identificación de Creencias Limitantes

Identifica las creencias limitantes que puedan estar contribuyendo a tu locus de control externo. Estas creencias pueden haberse formado a lo largo del tiempo debido a experiencias pasadas o mensajes recibidos de otras personas. Cuestiona estas creencias y examina si realmente reflejan la realidad.

3. Fomento de la Autoeficacia

Desarrolla la creencia en tu capacidad para influir en tu entorno y en tu propia vida. Esto se conoce como "autoeficacia". Establece metas realistas y alcanzables, y trabaja de manera constante para lograrlas. Cada éxito, incluso pequeño, refuerza tu sentido de control interno.

4. Responsabilidad Personal

Asume la responsabilidad de tus decisiones y acciones. Reconoce que, aunque hay factores externos que pueden influir en tu vida, tienes el poder de elegir cómo respondes y actúas frente a esas circunstancias. La toma de responsabilidad es fundamental para fortalecer un locus de control interno.

5. Aprendizaje de la Experiencia

Reflexiona sobre tus experiencias, tanto positivas como negativas. Analiza cómo tus elecciones y acciones han contribuido a los resultados que has experimentado. Utiliza estas reflexiones para aprender y crecer, ajustando tus enfoques cuando sea necesario.

6. Desarrollo de Habilidades de Afrontamiento

Fortalece tus habilidades de afrontamiento para enfrentar desafíos. Aprende estrategias efectivas para superar obstáculos y manejar el estrés. Cuanto más efectivas sean tus habilidades de afrontamiento, más probable será que percibas un mayor control sobre tu vida.

7. Enfócate en Factores Controlables

Concentra tu energía en aspectos de tu vida que puedes controlar. Si bien hay aspectos externos que están más allá de tu control, identifica aquellas áreas donde puedes influir y trabaja en mejorarlas. Esto te ayudará a sentirte más capacitado y en control.

8.Desarrollo de la Resiliencia

Cultiva la resiliencia emocional y mental. La resiliencia te permite adaptarte positivamente a las adversidades y superarlas. Aprende a ver los desafíos como oportunidades para crecer en lugar de obstáculos insuperables.

Al final, cómo percibamos el impacto que nuestras decisiones y/o acciones tienen en lo que nos rodea no deja de ser una creencia.

Esta creencia puede ser tratada para ajustarla con la realidad hacer que sea lo más útil para nuestra salud emocional y nuestra vida como sea posible.

Etiquetas :

Psicología

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