Hay una verdad simple pero poderosa que, si la entendemos, puede cambiar la manera en que enfrentamos la vida: las emociones son pasajeras. Sí, incluso las más intensas, las que te hacen sentir como si te hubieran sacudido hasta el núcleo, terminan diluyéndose si las dejamos ser.
El problema es que muchas veces hacemos lo contrario: luchamos contra ellas, intentamos ignorarlas o reprimirlas, creyendo que si no las miramos, desaparecerán. Pero las emociones no funcionan así. Si las reprimes, se quedan. Si las permites, fluyen.
En mi clínica de psicología online, te ayudamos a darle espacio a esas emociones sin que te lleven por delante. Lo hacemos con nuestro enfoque de psicología contextual y a través de varias técnica, por ejemplo la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) y el EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por los Movimientos Oculares).
Una de las ideas clave que trabajamos con nuestros pacientes es que las emociones, incluso las más intensas, son pasajeras. Permitirte sentirlas, sin reprimirlas, puede marcar la diferencia en tu bienestar emocional.
¿Qué significa permitir que las emociones fluyan?
Dejar que una emoción fluya no significa dejar que te controle ni actuar impulsivamente. Significa reconocerla, sentirla, entenderla y luego dejarla ir. En terapia ACT, aprendemos a relacionarnos con nuestras emociones desde la aceptación, permitiéndoles estar presentes sin luchar contra ellas.
Las emociones son como olas: llegan, suben, alcanzan su pico y luego bajan. Si intentamos resistirnos a la ola, esta puede arrastrarnos, pero si la aceptamos, podemos aprender a navegarla con mayor serenidad.
Por qué reprimir las emociones puede ser dañino
Cuando reprimimos una emoción, esta no desaparece. Se queda atrapada, generando tensión emocional y, a menudo, síntomas físicos como ansiedad, irritabilidad o dolores musculares. A través de enfoques como el EMDR, podemos trabajar estas emociones bloqueadas para procesarlas y liberarlas de manera segura.
Un ejemplo lo encontramos en este artículo sobre la relación entre emociones y salud física, que explica cómo las emociones reprimidas pueden afectar al cuerpo.
Cómo dejar que las emociones fluyan
Ponle nombre a lo que sientes
Identificar tus emociones es el primer paso. Pregúntate:
- ¿Qué estoy sintiendo? ¿Tristeza, miedo, rabia?
- ¿Dónde lo siento en mi cuerpo?
En nuestra página sobre terapia de gestión emocional, explicamos cómo este proceso de identificación ayuda a dar claridad y manejar mejor las emociones.
Acepta la emoción sin juzgarla
La terapia ACT nos enseña que no hay emociones “buenas” o “malas.” Todas tienen una función. La clave está en aceptar las emociones como parte de nuestra experiencia humana, sin añadirles juicios negativos.
Respira a través de ella
Respirar profundamente puede ayudarte a calmar la respuesta física de una emoción intensa. Prueba con una técnica sencilla:
- Inhala contando hasta 4.
- Retén el aire por 4 segundos.
- Exhala lentamente contando hasta 6.
Dale espacio, no poder
Sentir una emoción no significa actuar impulsivamente. Puedes sentir enojo sin gritar o tristeza sin hundirte. Permítete sentirla y reflexionar antes de decidir cómo actuar.
Déjala ir cuando esté lista
Las emociones tienen un ciclo natural. Si las aceptas, terminarán su curso. Si notas que persisten demasiado tiempo, el EMDR puede ser una herramienta efectiva para desbloquear y procesar esas emociones.
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La clave: confiar en el proceso
Aceptar que las emociones son pasajeras te ayuda a enfrentarlas con menos miedo. La terapia ACT te guía para vivir desde la aceptación, mientras que el EMDR ofrece técnicas para liberar bloqueos emocionales. Ambas son herramientas efectivas que puedes explorar en nuestras sesiones de terapia online.
Preguntas para reflexionar sobre tus emociones
- ¿Qué emoción he estado intentando evitar últimamente?
- ¿Qué pasaría si me permitiera sentirla, sin intentar cambiarla?
Recuerda: las emociones no están aquí para quedarse, solo para pasar. Permitirles fluir te libera y te ayuda a vivir de manera más auténtica. Si quieres saber más sobre cómo podemos ayudarte con tus emociones, consulta nuestra sección de terapia online personalizada.
Porque sentir es vivir. Y permitirte sentir, sin juicios ni resistencias, es el primer paso para construir un bienestar emocional duradero.