Trauma o experiencia difícil: ¿Cómo diferenciarlos?

psicoterapia para el trauma

No todo lo que nos duele es trauma, y no todo el trauma parece evidente.

En los últimos años, la palabra "trauma" se ha convertido en un término casi cotidiano. Escuchamos frases como “me dejó traumatizada” o “tengo un trauma con los exámenes”, y aunque el lenguaje coloquial nos ayuda a expresarnos, a veces nos juega una mala pasada. ¿Cómo saber si realmente estamos hablando de trauma o simplemente de una experiencia difícil?

El dolor no siempre deja una marca traumática

Existen vivencias que, aunque dolorosas, no nos dejan atrapados en un estado de supervivencia. Una ruptura amorosa, un despido inesperado o un conflicto familiar pueden hacernos sufrir, claro. Pero si logramos procesarlas, aunque nos duelan, seguimos adelante sin que nuestro cuerpo quede en modo alerta permanente.

El trauma, en cambio, es diferente. No se trata solo de lo que pasó, sino de cómo nuestro sistema nervioso lo registró. Y aquí es donde viene lo sorprendente: hay experiencias que, en apariencia, no parecen tan graves pero dejan una huella profunda.

📌 Según el psiquiatra Bessel van der Kolk, experta en trauma, “el trauma no es solo un evento del pasado, sino que vive en el presente en forma de reacciones del cuerpo y la mente” (Van der Kolk, 2014). En otras palabras, no importa tanto lo que ocurrió, sino cómo tu cerebro y tu sistema nervioso lo procesaron en su momento.

Entonces, ¿Cómo entiendo si tengo trauma?

Más allá de la historia que te cuentes sobre lo que viviste, el trauma suele dejar rastros en tu cuerpo y en tu forma de relacionarte con el mundo. Algunas señales incluyen:

Reacciones desproporcionadas a ciertas situaciones que parecen menores para los demás.
Sensación de bloqueo o de que "no puedes avanzar" en ciertos aspectos de tu vida.
Hipervigilancia, sentirte en estado de alerta aunque no haya peligro real.
Dificultad para conectar con tus emociones o sentir que estás "desconectado/a" de lo que pasa a tu alrededor.
Relaciones complicadas, patrones que se repiten (te involucras con personas que te hacen daño, te cuesta confiar, etc.).

Si te sientes identificado/a con esto, puede ser útil explorar si hay heridas que aún no han sido procesadas.

📌 La Dra. Judith Herman, en su libro Trauma and Recovery (1992), explica que los síntomas del trauma son la consecuencia de una respuesta de defensa activada en exceso y no integrada de forma saludable en la memoria. Es decir, si algo fue demasiado intenso para que tu cerebro lo procesara en su momento, es posible que siga afectándote en el presente.

¿Necesitas ayuda? Reserva una sesión de acogida gratuita para entender como podemos ayudarte.

El trauma también puede ser invisible

Muchas veces creemos que el trauma solo ocurre tras eventos impactantes como abusos, accidentes o violencia extrema. Pero hay heridas más sutiles que pueden marcarnos de por vida:

🔹 Crecer en un ambiente donde no podías expresar emociones.
🔹 Sentir que el amor que recibías era condicional (si sacabas buenas notas, si te portabas "bien", si complacías a los demás).
🔹 Haber sido ignorado/a o no sentirte visto/a en tu familia.

Estas experiencias pueden moldear tu forma de estar en el mundo y generar respuestas que te limitan, aunque no haya un “evento” concreto que puedas señalar como traumático.

📌 Según estudios en neurociencia (Perry & Szalavitz, 2006), el estrés crónico y las experiencias de negligencia en la infancia pueden afectar la formación del cerebro y la regulación emocional en la adultez. Es decir, aunque no haya un "gran evento traumático", el simple hecho de haber crecido en un entorno invalidante puede generar respuestas similares a las del trauma.

¿Qué hacer si sospecho que tengo trauma?

Si te resuena lo que lees y te preguntas si tu malestar puede venir de una herida no cerrada, hay pasos que puedes tomar:

1️⃣ Observa tu cuerpo. Tu mente puede engañarte, pero tu cuerpo no. Si en ciertas situaciones sientes tensión, nudo en el estómago, o ganas de huir sin razón aparente, es posible que haya algo que trabajar.
2️⃣ Ponle nombre a lo que sientes. No se trata de revivir el pasado, sino de reconocer qué emociones aparecen y cómo afectan tu día a día.
3️⃣ Busca ayuda profesional. No tienes que resolver esto solo/a. En terapia (por ejemplo, con enfoques como EMDR, ACT o terapia cognitivo-conductual) podemos ayudar a que tu sistema nervioso procese lo que quedó atrapado.
4️⃣ Aprende a regular tu sistema nervioso. Técnicas como la respiración diafragmática, el grounding o el movimiento consciente pueden ayudar a calmar la activación del cuerpo.

📌 El EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing), desarrollado por Francine Shapiro, ha demostrado ser altamente efectivo para reprocesar traumas y reducir la carga emocional asociada (Shapiro, 1989). Este enfoque ayuda a que el cerebro "archive" las experiencias traumáticas correctamente, evitando que sigan activando respuestas emocionales intensas.

¿Necesitas ayuda para procesarlo?

Si sientes que alguna parte de ti se quedó atrapada en el pasado y te cuesta avanzar, te invito a reservar una sesión de acogida gratuita. Juntas podemos explorar si hay algo que necesita ser sanado y qué herramientas pueden ayudarte.

🔹 Reserva aquí tu sesión somos especialistas en psicoterapia para el trauma.

💡 Recuerda: No todo lo que duele es trauma, pero si sientes que hay algo que aún te pesa, merece la pena darle espacio para sanarlo.


Para profundizar:

  • Van der Kolk, B. (2014). The Body Keeps the Score: Brain, Mind, and Body in the Healing of Trauma. Penguin Books.
  • Herman, J. (1992). Trauma and Recovery: The Aftermath of Violence–From Domestic Abuse to Political Terror. Basic Books.
  • Perry, B. & Szalavitz, M. (2006). The Boy Who Was Raised as a Dog: And Other Stories from a Child Psychiatrist's Notebook. Basic Books.
  • Shapiro, F. (1989). “Eye Movement Desensitization: A New Treatment for Post-Traumatic Stress Disorder.” Journal of Behavior Therapy and Experimental Psychiatry, 20(3), 211-217.

Etiquetas :

Gestionar emociones,Psicología,Psicólogos Online,Trauma

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Pasos a seguir para empezar tu terapia

Se trata de un proceso en fases:

  • Sesión de acogida gratuita

    En primer lugar tendrá lugar la sesión de acogida de unos 15-20 min. con la coordinadora del equipo de psicólogos, donde trasladarás cual es tu necesidad en cuanto al problema que te trae a consulta y te daremos toda la información que necesitas.

  • Te asignamos al mejor psicoterapeuta para tus necesidades

    Si decides empezar la terapia psicológica para la ansiedad con nosotros, se te asignará un psicólogo o psicóloga de nuestro equipo de profesionales especializado/a en ansiedad, con el que tendrás la sesión de valoración.

  • Plan de trabajo

    A partir de ahí se establecerá un plan personalizado y consensuado contigo para que así puedas lograr tus objetivos terapéuticos para solucionar los problemas que la ansiedad está causando en tu vida y puedas alcanzar la metas que quieres en tu vida. El plan de trabajo puede incluir trabajo para casa porque terapia no es solo lo que ocurre en sesión sino también lo que haces con lo que trabajas en sesión en el día a día.

×